La toma de líquidos a pequeños intervalos ayuda a prevenir la acidez y las náuseas durante el embarazo. La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia (SEGO) ha elaborado un documento de consenso sobre ''Pautas de hidratación con bebidas con sales minerales para mujeres embarazadas y en periodo de lactancia''. La guía recomienda a la mujer embarazada beber unos 2,7 litros diarios de líquido, lo que supone transformar la regla de los ocho vasos de agua por día en 10 vasos de agua diarios.
El documento mantiene que el agua facilita el flujo de nutrientes hacia el torrente sanguíneo del feto y su distribución por todo el organismo, mejora los problemas de estreñimiento habituales durante la gestación y contribuye a aumentar la cantidad de orina, lo que ayuda a depurar el cuerpo de toxinas y reduce la incidencia de cálculos renales e infecciones de vías urinarias.
Se advierte en este texto de que la deshidratación durante el embarazo puede ser peligrosa, ya que causa dolores de cabeza, náuseas e incluso contracciones en el tercer trimestre. Recuerda que durante la lactancia se debe incrementar el aporte de líquidos. Las modificaciones hormonales aumentan el umbral de la sed y el organismo tarda más tiempo en informar que necesita agua, por lo que se debe aconsejar beber de manera periódica, incluso antes de tener sed, explica la doctora María José Rodríguez Jiménez, coordinadora del Grupo de Trabajo de la Infancia y Adolescencia de la SEGO.
La retención de agua representa una alteración fisiológica del embarazo debida al descenso de la osmoralidad plasmática y la secreción de hormona antidiurética, que aumenta la necesidad de hidratación, señala el doctor Txanton Martínez-Astorquiza, presidente de la Sección de Medicina Perinatal de la SEGO.
Los médicos advierten de que el embarazo es un periodo fisiológico con numerosos cambios y en el que se modifican las necesidades nutricionales. Por tanto, durante el mismo, ''es tan importante tener una dieta equilibrada como beber la cantidad de líquidos adecuados, dentro de un estilo de vida activo y saludable''. Afirman además que la evolución y desarrollo del feto también se verá influida por un correcto aporte de todos los nutrientes y de un adecuado estado de hidratación.
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