El presidente de la AESAN, Roberto Sabrido, presentó el pasado 5 de noviembre en Toledo el proyecto de Ley de Seguridad Alimentaria y Nutrición. Para Sabrido, los indicadores de Castilla-La Mancha son superiores a la media nacional en materia de seguridad alimentaria, ya que teniendo entre el 4 y el 5% de la población del país, trabaja en la región el 10% de los inspectores de salud pública que hay en España.
También ha señalado que si en el conjunto del país se inspeccionan el 80% de los establecimientos alimentarios, en la región ese porcentaje alcanza el 100%. Cada año en la comunidad autónoma, con 33.000 establecimientos sanitarios, se llevan a cabo unas 140.000 inspecciones.
“Por lo tanto, Europa es muy segura, España es muy segura y Castilla-La Mancha es una comunidad con una gran actuación y también muy segura en todos los temas que tengan que ver con la seguridad en la alimentación, siendo una de las comunidades autónomas con uno de los mejores parámetros en este apartado tan importante de la salud pública”, ha señalado Sabrido.
Sabrido ha explicado que con esta ley se aborda lo relacionado con el campo de la nutrición. “Estamos ante una gran epidemia que es la obesidad y que afecta especialmente a los menores de 18 años. Así, un 30 por ciento de la población española entre 2 y 7 años tienen sobrepeso o exceso de peso”.
La ley pretende actuar en los colegios, con nuevas normas en el ámbito de la alimentación escolar y convirtiendo estos centros en espacios libres de todo tipo de publicidad, salvo las que estimen oportunas las autoridades sanitarias regionales. También interviene en el campo publicitario de los medios de comunicación, con especial incidencia en la dirigida a los menores de 15 años, con ciertas limitaciones y prohibiciones en su contenido.
Para el consejero, todas las iniciativas orientadas a promover una alimentación saludable son muy positivas, y ha recordado que desde el Gobierno de Castilla-La Mancha se trabaja en este ámbito con los agentes sociales, como son los profesionales sanitarios y los docentes, porque educar en salud pública implica estar sanos y vivir mejor.
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