Según denuncia José Fernández Silva, representante de productores de leche de Tungurahua, “han proliferado los registros sanitarios para bebidas lácteas que utilizan el suero obtenido de la elaboración de quesos”. Dice que a ese líquido le añaden químicos como sosa cáustica, peróxido, entre otros insumos que garantizan la conservación, y así lo transportan hasta las industrias que se encargan de preparar los lácteos.
No da nombres de esas fábricas pero Fernández añade que los industriales lácteos adquieren el suero a $ 0,04 el litro.
“Por esta razón se habla de la supuesta sobreproducción de leche en Píllaro, pero no es eso sino que se prefiere comprar suero y a nosotros nos dejan con el producto, porque ahora llevan cinco de los siete días de la semana y apenas nos pagan a $ 0,24 el litro de leche, cuando el costo es de $ 0,34”, advierte Arturo Garcés, ganadero.
El ex presidente del Colegio de Ingenieros en Alimentos, Rodrigo Zúñiga, aclara que la denuncia se la hizo hace cuatro años pero que Control y Vigilancia Sanitaria de la Dirección de Salud no hace nada para controlar. En Píllaro, asegura, a partir de las 10:00 de todos los días se ven vehículos que transportan el suero obtenido de la elaboración de los quesos.
El suero que se consigue en las queserías deberían ir de alimento para los cerdos, pues el 80% de estas plantas no pasteurizan la leche para elaborar los quesos. Por eso el suero sale en las peores condiciones higiénicas porque está contaminado con cientos de bacterias.
El presidente del Colegio Regional de Ingenieros en Alimentos, Lenin Garcés, reitera que de este problema se han hecho oídos sordos las autoridades, por lo que pidió que se haga el control con personal técnico, especialmente en las plantas que elaboran quesos.
Sí se controla, asegura funcionario
Richard Flores, responsable de Control y Vigilancia Sanitaria de la Dirección Provincial de Salud de Tungurahua, afirmó que “nunca, ni siquiera hace cuatro años”, ha existido alguna denuncia respecto al uso de suero para producir lácteos.
No obstante, sostuvo que la entidad, en conjunto con la Intendencia de Policía, realiza análisis “mucho más serios del control del registro sanitario para que se cumpla con los requisitos necesarios para la venta”. Manifestó que las plantas inspeccionadas cuentan con un responsable técnico, que en su gran mayoría son ingenieros en alimentos, encargados del control de calidad, refirió.
Flores se mostró sorprendido por declaraciones de productores lecheros que aseguran que las industrias compran suero como componente de sus productos. “No se hacen conocer nombres, ni siquiera presuntivos de quienes supuestamente actúan mal”, citó.
En las inspecciones trabajan 22 inspectores sanitarios, un inspector provincial, bioquímico farmacéutico, un médico en nutrición y el coordinador. Flores admitió que falta personal.
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