El Departamento de Agricultura y Alimentación del Gobierno de Aragón y la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Zaragoza han trabajado durante 2009 en varios proyectos de tecnología de los alimentos, cuyo objetivo es avanzar y resolver la conservación de los alimentos tras la recolección. Asimismo, lo que se busca es que puedan permanecer durante más tiempo en el mercado o puedan presentarse en formatos adecuados a las demandas actuales del consumidor sin mermar su calidad.
El director general de Alimentación, Ramón Iglesias, -que ha participado esta semana en las XIII Jornadas de tecnología postcosecha, que se han celebrado en la Facultad de Veterinaria y en las que se han analizado los diferentes proyectos desarrollados en 2009- ha destacado la importancia de este tipo de proyectos, porque permiten resolver problemas puntuales de la producción de frutas y hortalizas, avanzar en su distribución o diversificar la oferta, como es el caso de la alimentación presentada en cuarta o quinta gama, cada vez más demandada por el consumidor.
En esta línea, ha hecho una apuesta por la imaginación de cara a lograr mejoras en momentos como los actuales, complicados en la comercialización y en los que se hace necesario abaratar costes. Y, con estos proyectos, lo que conseguimos son avances , ha comentado el director general, quien ha resaltado el peso de la producción de frutas y hortalizas en Aragón. La frutihorticultura supone un tercio de la producción final agrícola, con un total de 700.000 toneladas (el 5% del total de la producción española).
Proyectos
Uno de los proyectos en los que trabajan el Departamento y la Facultad de Veterinaria es la Evaluación de la eficacia de distintos tratamientos para el control de la podredumbre por Monilinia en fruta de hueso . Con esta iniciativa se ha buscado un tratamiento alternativo a los fungicidas (imposibles de aplicar tras la recolección) contra las comúnmente conocidas como podredumbres marrones, que llegan a ocasionar un 60% de pérdidas de fruta de hueso. En el proyecto se ha evaluado la eficacia antifúngica de distintos tratamientos físicos (radiación ultravioleta, choques de dióxido de carbono y agua caliente) y químicos (etanol) frente a la monilinia.
Otro de las iniciativas ha estudiado el control de calidad del melocotón de Calanda y la puesta a punto de un nuevo método no destructivo. Este trabajo busca un modelo que permita sustituir por unas técnicas no destructivas las actuales medidas que se desarrollan para controlar la calidad de la fruta. Para ello, han utilizado imágenes multiespectrales y, como posibilidad final, se ha planteado un dispositivo automático de selección de melocotones por su grado de madurez, lo que, en todos los aspectos, supondría una reducción del tiempo de trabajo.
La estabilidad en el almacenamiento del aceite de oliva de la variedad Verdeña centra otro de los trabajos, en el que se ha estudiado la influencia de parámetros como la temperatura, envase o presencia de luz en la vida útil de este aceite. El mantenimiento del tomate de la huerta zaragozana es el tema de otro de los proyectos. Mediante la utilización del 1-MCP se quiere retrasar su maduración postcoseha, haciéndolo más duradero.
Por último, se ha estudiado la mejora de la vida útil de la borraja envasada en cuarta gama (entendiendo como el tal el procesado de hortalizas y frutas frescas limpias, troceadas y envasadas para su consumo). Para ello, hay estudios de aplicación de nuevos envases y técnicas como el uso de cuchillos cerámicos, agentes desinfectantes y antipardeantes, que incrementan la vida del producto.
¡Plazo de matrículación abierto!
