Lorenzo está bajo la supervisión del brasileño Marcos Hirsch, su persona de confianza y también nutricionista, que se esmera en las dietas que ingiere tanto durante la temporada como fuera de ella. Encima de una moto que sobrepasa los 300 kilómetros por hora hay que estar en plenitud de facultades y no se pueden hacer experimentos con gaseosa. Es por ello por lo que Lorenzo tiene diseñada una dieta en función de “su metabolismo, el volumen de entrenamiento y el objetivo que se pretende conseguir”, asegura al diario deportivo.
“Si comparamos el valor nutricional de los alimentos de hoy en día con los de hace 10 ó 20 años, veremos que los nutrientes son prácticamente inexistentes”, se lamenta un Hirsch que encuentra la solución en el producto ecológico. “Este garantiza el respeto por los ciclos naturales de crecimiento de los alimentos y que no haya pesticidas de ningún tipo”, detalla.
Para Lorenzo, esta convicción de su entrenador personal se traduce en una dieta proteica basada en pescado “al 60-70%”, algo de carne blanca y cereales integrales, con una especial predilección por el trigo kamut como fuente energética gracias a su alto rendimiento proteico y su intensísimo sabor.
“La leche de vaca que se produce hoy en día es prácticamente agua”, argumenta Hirsch que encuentra la alternativa en las leches de avena, de kamut o de espelta para el desayuno que son bastante difíciles de encontrar y que sirve la empresa especializada Finestra Sul Cielo que garantiza variedad y calidad de primera.
Y es que hay pocas actividades físicas tan agresivas e intensas como una carrera de MotoGP, en la que la fórmula alimenticia para soportar su intensidad exige la ingesta, unas dos horas antes aproximadamente, de “carbohidrato integral con proteína blanca”, explica Hirsch que recomienda, una vez terminada la carrera y el esfuerzo “carbohidratos de absorción rápida con algo de proteína”.
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