La hipertensión afecta en nuestro país a 10 millones de personas, el 35% de la población, aunque el porcentaje se eleva hasta el 68% en mayores de 65 años. Los estudios indican que la reducción del consumo de sal de 9,8 gramos por persona al día, según los estudios realizados por la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), a 5 gramos, cifra considerada como objetivo idóneo por la OMS, podría evitar cada año 20.000 accidentes cardiovasculares y 30.000 eventos cardíacos. En la Unión Europea se calcula que estas enfermedades supusieron un coste de 192.000 millones de euros en 2006.
Para lograr estos objetivos, el Ministerio de Sanidad y Política Social está ultimando una serie de acuerdos con la industria alimentaria para la reducción del contenido de sal en los productos elaborados. Están en marcha ya iniciativas con el sector de la restauración y se trabaja también con las Comunidades Autónomas para aplicar estas medidas en los comedores escolares.
Asimismo, se pondrá en marcha una campaña de información a los ciudadanos, con la distribución de folletos, inserciones en prensa e información en la web de la AESAN, que ha presentado la ministra de Sanidad y Política Social, Trinidad Jiménez. En la campaña se prevé distribuir 100.000 ejemplares del folleto Plan de reducción del consumo de sal. Menos sal es más salud, que será, además, facilitado a las Comunidades Autónomas. La página web de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (www.aesan.msps.es) también informará puntualmente de las iniciativas en marcha.
CUÁNTA SAL TOMAMOS
Los españoles ingerimos una media de 9,8 gramos de sal por persona al día, casi el doble de lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera recomendable. Estos datos han sido obtenidos por el primer estudio científico que se ha realizado en España en este campo, realizado en colaboración con la Universidad Complutense de Madrid (Departamento de Nutrición de la Facultad de Farmacia).
Para ello se analizó la orina durante 24 horas en un universo de 406 personas entre 18 y 60 años, seleccionados estadísticamente en 15 provincias españolas, en zonas urbanas y rurales (Albacete, Barcelona, Cáceres, Cádiz, Logroño, Lugo, Madrid, Málaga, Murcia, Oviedo, Salamanca, Santa Cruz de Tenerife, Soria, Vizcaya y Zaragoza). Gracias a este estudio se ha podido saber, también, que 87% de la población ingiere más de 5 gramos de sal al día.
Asimismo, se analizaron, en un estudio realizado en colaboración con la OCU (Organización de Consumidores y Usuarios) más de 1.200 muestras correspondientes a las diferentes categorías de alimentos que componen la dieta habitual de los españoles para conocer su contenido en sal, incluyendo marcas de distribución. El resultado es que sólo el 20% de la sal es añadida por el consumidor (salero o durante el cocinado). El 75% es lo que se conoce como sal oculta, y está en los alimentos procesados o consumidos fuera del hogar, y sobre los cuales el consumidor tiene poca capacidad de actuación. Por ello es importante el acuerdo con la industria para rebajar su contenido en los alimentos procesados.
Por poner un ejemplo de los logros que se pueden alcanzar, con el sector de la panadería se ha logrado, en cuatro años, superar los objetivos previstos al lograr una reducción sustanciosa de la sal contenida en el pan en un 26,4%, un éxito importante dada la importancia que tiene el pan para la dieta diaria y su alto aporte de sodio. Esta iniciativa, además, se ha hecho sin que la población perciba dicha reducción en el paladar, con lo que se ha logrado adaptar el gusto, algo importante para lograr una adaptación paulatina a comidas menos saladas.
PRESIDENCIA ESPAÑOLA
Estas medidas serán más afectivas si se realizan en el marco de la Unión Europea, al existir libre circulación de alimentos entre los países de la UE y ser, muchas de las empresas, de carácter internacional. Por ello, la Presidencia española ha propuesto a los demás Estados Miembro de la UE unas conclusiones del destinadas a llevar a cabo acciones para reducir el consumo de sal en la población europea, que se espera sean aprobadas por el Consejo de Ministros de Sanidad europeos en junio.
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