Los mexicanos consumen el 50% de leche de lo que recomienda la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) 180 litros anualmente por persona, pero que el promedio en México es de 97, lo cual se debe en parte a la falta de apoyos al sector ganadero del país.
Así lo consideró en entrevista Alberto Jiménez Merino, coordinador de los diputados priistas pertenecientes a la Confederación Nacional Campesina, quien señaló que no se produce el lácteo que se requiere ya que anualmente se deben importar más de 190 mil toneladas.
“Pero lo que se importa es producto en polvo para rehidratar, resultando ocho litros por cada kilogramo, de algo que puede ser todo menos leche, pues ésta sólo puede ser la que proviene de las vacas”, subrayo.
Lo rehidratado, continuó, es una fórmula láctea de muy diversa composición pues tampoco hay normas oficiales de salud que lo atiendan”.
De acuerdo con el diputado, México importa en promedio la mitad de los alimentos que consumimos, con lo que la dependencia alimentaria pasó del 10 por ciento en el 2004 al 40 por ciento en 2006 y tan sólo del 2005 al 2008 la importación de carne de bovino aumentó 440 por ciento, la de aves 280 por ciento, la de cerdo 210 por ciento, la de maíz 85 por ciento y la de sorgo 44 por ciento.
Jiménez Merino lamentó que la planeación del desarrollo nacional ha estado ausente de las políticas públicas, debido a que ha sido más importante combatir los efectos de los problemas que las causas; porque tampoco “hemos dedicado tiempo para identificar, clasificar, priorizar y atender los problemas nacionales”.
Se ha dado prioridad, indicó, en crear programas asistenciales que sólo contengan la pobreza, además de emprender batallas pérdidas contra la inseguridad o impulsar reformas políticas inútiles.
Se incrementan presupuestos para mejor armamento y patrullas, pero se olvida apoyar la educación, el agua, la producción de alimentos, impulsar programas de empleo y generación de riqueza, criticó.
En materia de productividad ganadera, concluyó, es común observar el olvido, casi menosprecios del sistema educativo por las necesidades de los más pobres, cuando es necesario preparar a los ganaderos para que, organizados, se junten a fin de aumentar el inventario ganadero y encontrar canales de comercialización fijos y crecientes, sin olvidar la creación de centros de mejoramiento genético, así como el establecimiento de praderas mejoradas.
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