Un trabajo publicado en la revista científica ''Obesity Reviews'' mantiene que en la actualidad no hay ningún estudio concluyente que demuestre la asociación entre el consumo de bebidas azucaradas y el aumento de la obesidad. Los autores inciden en el hecho de que algunas autoridades han tomado decisiones ''drásticas'' a partir de ''argumentos no demostrados''.
Los investigadores seleccionaron 10 estudios recientes realizados en humanos con un diseño aleatorio, con tres semanas de seguimiento como mínimo y en los que no participaran mujeres embarazadas, enfermos o personas que estuvieran bajo situaciones de estrés. ''Los resultados de los estudios que actualmente están a nuestra disposición no demuestran de manera concluyente que el consumo de bebidas azucaradas contribuya a la obesidad, como tampoco se demuestra que una disminución en el consumo de bebidas azucaradas reduzca los índices de masa corporal'', determinaron.
''Los efectos de consumo de bebidas azucaradas sobre un eventual aumento de peso son difíciles de determinar'', aseguraron los autores. Aunque diferentes voces aseveran que hay una asociación directa, el actual trabajo descarta pruebas definitivas al respecto, si bien ciertos sectores de la sociedad abogan por incluir diferentes medidas para evitar el consumo de bebidas azucaradas, incluso en cantidades moderadas, y algunos gobiernos han adoptado diferentes medidas en este sentido, apuntaron.
Los autores de este trabajo de análisis estimaron que esas decisiones son precipitadas, al entender que no hay una base científica sobre la que apoyar normas que graven el consumo de bebidas azucaradas. ''Las autoridades políticas necesitan actuar sobre el problema apremiante del sobrepeso y la obesidad, pero las decisiones que ahora se tomen estarán basadas en un conocimiento imperfecto'', afirmaron.
Este estudio coincide con otro, publicado hace poco en la revista ''International Journal of Obesity'', en el que se realizó un llamamiento a la comunidad científica para renovar su compromiso con la verdad al trasladar informaciones en relación a la obesidad. Sus autores consideraron que hay ''cierta tendencia en una parte de esta comunidad a mostrar interpretaciones sesgadas de las investigaciones que realizan''. Para llegar a estas conclusiones, analizaron estudios científicos anteriores que evaluaban la relación de las bebidas azucaradas y la leche materna en la obesidad. Concluyeron así que menos de un tercio de las informaciones científicas al respecto reflejaron con exactitud los resultados, mientras que más de dos tercios exageraron la relación entre los refrescos y la obesidad.
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