El sector minorista de alimentación de EEUU está sufriendo una fuerte presión procedente de dos canales. Por un lado, cadenas de descuento como Walmart o Target ofrecen precios bajos y promociones con objeto de captar a los consumidores que buscan recuperarse de la mala situación económica. Por otro lado, las grandes superficies como Whole Foods proporcionan productos de alta calidad y sostenibles a quienes demandan este tipo de alimentos.
Los supermercados con una gama de productos menos baratos son aquellos que más están sufriendo este aumento de la competencia, por lo que intentan reducir sus costes. Varias cadenas han experimentado una bajada en las ventas en el transcurso de 2010, situación que esperan compensar con una reducción de plantilla y el cierre de establecimientos con un bajo rendimiento.
Si estas cadenas acometen cambios significativos para ajustarse a la nueva situación, la recuperación será viable a largo plazo. Por tanto, es recomendable que las empresas españolas de alimentos definan una clara estrategia de posicionamiento para poder competir o bien en precio o bien en calidad al entrar en el mercado estadounidense.
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