En el caso de la LPE, los pronósticos indican que las compras llegarían a unas asombrosas 400.000 toneladas en 2011 –que representa un incremento de un 260 por ciento en el período de dos años–, empequeñeciendo otros grandes mercados de importación. Este crecimiento está alimentado por varios factores: una población en expansión con un incremento constante de ingresos, suministros locales escasos, y desconfianza por la seguridad de la leche local. Sobre este punto sólo hay que recordar el escándalo de la melanina hace menos de tres años. (INFORTAMBO)
En el caso de la leche en polvo descremada (LPD) también han estado creciendo durante los últimos cinco años al impresionante ritmo del 22 por ciento anual, (2005/09), y se predice que alcancen las 100.000 toneladas en 2011.
Las implicaciones para los mercados lácteos globales son significativas. Para 2011, se espera que se incrementen la oferta de LPE de Nueva Zelandia y la Argentina, pero no lo suficiente para compensar la caída de ventas de LPE provenientes de la Unión Europea (UE 27) y el incremento esperado de las importaciones chinas. Consecuentemente, se espera que los precios de la LPE se mantengan relativamente altos, lo cual ayudará al incremento de exportaciones de la Argentina. Un precio alto de la LPE podría también mantener altos los precios del queso y la manteca.
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