Según un reciente estudio realizado por el Instituto de Servicios para el Mercado Agrícola Alimentario (ISMEA), más de 500 empresas italianas dedican su actividad profesional al segmento de la ''cuarta gama'' (verduras frescas lavadas, cortadas y empaquetadas), sumando un total de 6.500 hectáreas de superficie y 800 millones de euros de facturación, cifra que se prevé que aumente un 12% en 2011, pudiendo alcanzar los 900 millones.
Los datos reflejan un crecimiento del 40% del volumen facturado entre 2005 y 2009 por parte de las firmas que se dedican a este segmento. A pesar de que se han dejado sentir los efectos de la crisis económica global, registrándose un destacado descenso en los beneficios en 2009 (-1% según en Índice de Rendimiento sobre la Inversión, ROI), la tendencia cambió en 2010, año en el que se recuperaron los márgenes de beneficio.
Los analistas consideran que se trata de un auténtico auge en el país transalpino, ya que en el último decenio se ha incrementado un 380% la cantidad adquirida por las familias italianas. En los primeros siete meses de 2011, se ha registrado un aumento del 7% en volumen y del 10% en el valor de las compras de dichos productos, una circunstancia motivada, en buena parte, por la contribución de las ensaladas mixtas. Su consumo ha repuntado en consonancia con las exigencias y estilos de vida modernos, al tiempo que contrasta con el estancamiento de la demanda de verduras frescas y en conserva.
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