Toda una odisea representa para los tachirenses conseguir al menos un kilo de leche en polvo, situación que se aprecia cuando en algunos supermercados de la ciudad han implementado medidas especiales para poder despachar la poca cantidad que les llega de este importante producto en la dieta diaria de los ciudadanos, y la existencia del producto genera revuelo en los locales.
Diversas normativas, un tanto improvisadas, han comenzado a observarse en los locales comerciales de San Cristóbal, con la finalidad de que, en las ocasiones en que tienen leche en polvo para la venta, cada persona lleve solo un kilogramo, y así mayor cantidad de usuarios puedan adquirir el producto.
Este viernes 4 de noviembre, en horas de la tarde, en un supermercado de la parte alta de la ciudad, los usuarios debieron hacer una larga cola para que empleados del local entregaran un kilo de leche por persona, esta vez sin la obligación de llevar un mercado completo para poder adquirirlo.
De tal forma que la leche en polvo no fue colocada, como debería ser lo normal, en los anaqueles de los pasillos del comercio, sino por el contrario, era despachada en una cola especial para ese fin, donde los compradores perdían varios minutos de su tiempo.
Adicional a esta medida, las personas también debieron someterse a largas colas al momento de cancelar su compra, pues de las más de 10 cajas registradoras, quienes compraron leche en polvo podían cancelar solo a través de dos cajas especiales; las colas se tornaron interminables y los compradores debieron aguardar hasta una hora para poder pagar.
En medio del revuelo por la existencia de leche en polvo, algunas personas no dejaron de expresar su reclamo y descontento, por considerar como un maltrato y una violación a sus derechos tener que someterse a las restricciones impuestas en los supermercados para poder adquirir un alimento básico en la dieta del venezolano.
No obstante estas apariciones de la leche en polvo, son esporádicas, al punto que representa prácticamente un acontecimiento, entre las amas de casa, lograr obtener al menos un kilogramo en bolsa y de las marcas menos reconocidas en el país.
Durante esta misma semana, en otro supermercado de San Cristóbal, también se apreciaron normas especiales para la venta de una cantidad determinada de leche en polvo, y según los propios administradores: “la gente se vuelve incontrolable, y quieren llevar 3 o 4 kilos, hecho que no podemos permitir, pues tenemos la obligación de que más cantidad de personas obtengan el producto, ya que en ocasiones el Indepabis se lleva toda la existencia para ofrecerla en ventas fiscalizadas”.
Estas normas especiales para la venta de la leche en polvo, en algunos casos se aplican también para la distribución de la harina pan tradicional, o del aceite de maíz, y podría compararse con la situación presentada en supermercados en Puerto Ordaz, estado Bolívar, donde decidieron marcarles el dedo meñique con tinta indeleble a las personas que ya habían comprado un kilo de leche, para evitar que volvieran a llevar más.
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