|
||||
Empresas
La Leche Brava de Nestlé
Nestlé paga barato, pero tenemos algo seguro, asienta un campesino en uno de los testimonios que recoge la película.
28/11/2011 Lecheria Latina
|
Enviar | Imprimir |
¿Por qué Nestlé Caquetá se convirtió en 2007 en objetivo militar de las FARC luego de décadas de operaciones en Colombia? ‘Leche Brava: Caquetá’, proyectada por Filmar en América Latina (estreno en Europa) aborda el tema.
“Nestlé paga barato, pero tenemos algo seguro”, asienta un campesino en uno de los testimonios que recoge la película.
Ramón Jimeno, director del documental, reúne las posiciones de las FARC, su estrategia para controlar la región; de los ricos ganaderos, extorsionados por la guerrilla; de la empresa, que suspende sus compras; de los labriegos y pequeños productores, que quedan en el desamparo.
“Es un filme interesante que da la palabra a todos, pero que no toma en cuenta la situación global del país”, subraya Pierre Harrison, especialista en el tema de las trasnacionales.
En un debate público posterior a la proyección del documental, el autor del libro ‘El Imperio Nestlé’, menciona entre otros hechos de contexto:
Sindicalistas perseguidos
La unificación en 1997 del paramilitarismo en las ‘Autodefensas Unidas de Colombia’, ligadas a los poderes político y económico; la fuerte represión contra los sindicalistas (de 1999 a 2099, 2700 líderes obreros fueron asesinados, 205 en lo que va de este 2011); la condena de que Nestlé fue objeto en 2005 por diversas agrupaciones suizas, bajo la égida de Multi watch:
“Bien por omisión en garantizar la calidad de sus productos o la protección del medio ambiente, bien por su política de desmantelamiento de las condiciones de trabajo y de la hostilidad implacable ante los sindicalistas, o bien por sus métodos agresivos en términos de política económica, Nestlé sobrepasa los límites tolerables”, subraya el documento final de las entidades helvéticas.
Harrison alude también a la utilización de 400 elementos del ejército colombiano para el resguardo de las instalaciones de Nestlé y al tratado de libre comercio entre Suiza y Colombia, recién aprobado por las autoridades del país andino.
En entrevista con swissinfo.ch, el especialista abunda sobre el tema:
Las trampas del TLC
“El Congreso de Colombia aprobó el TLC entre Suiza y Colombia. Mucha gente en Colombia ni conoce ese tratado. Cuando fue preparado, en Suiza hubo intervenciones de comisiones de asuntos exteriores para subrayar que algunos de los elementos eran demasiado favorables a las multinacionales y que les daban un estatuto especial frente a la situación local”.
Preocupa en particular al experto una cláusula que establece que el gobierno colombiano es responsable de proteger el capital y las instalaciones y recursos de las empresas que se asienten en el país.
“Eso significa que cualquier movimiento de oposición puede ser reprimido e inclusive si hay daños, el gobierno colombiano va a tener que pagar”, advierte Harrison y agrega que esa cláusula es, por lo menos, “muy sorprendente”.
Observa también que existe una tendencia global para la firma de tratados de libre comercio bilaterales, con condiciones mucho más duras de las que podrían ser negociadas en el plano multilateral al amparo de mecanismos internacionales como la Organización Internacional del Trabajo.
¿Y las poblaciones?
Para el especialista está claro que las trasnacionales no deben intervenir en los países y actuar a su antojo. “No estoy en la visión basada en un imperialismo que decide hacer las cosas”. Empero, añade que de hecho, “cualquier cosa que se hace, se hace con las burguesías nacionales”, en favor de sus intereses.
Con respecto al país andino que nos ocupa, lamenta:
“El problema en ese momento en Colombia, es que están vendiendo Colombia a las empresas, sea para la extracción de carbón o de oro, sea para el cultivo de palma africana”. Y eso, enfatiza, “en detrimento de las poblaciones”.
Señala que hace poco viajó a Ginebra una delegación de pueblos indígenas y gente de la Guajira, para protestar contra esa situación.
Complicidades
“Lo más graves es que hay una complicidad entre trasnacionales, que pueden tener su sede aquí en Suiza, sea en Zug o en otros lugares, y las filiales, que utilizan un Estado represivo para poder hacer más negocio”.
Para Harrison el problema está en la responsabilidad social de las trasnacionales frente a sus filiales locales. “Ese es el tema de fondo y en eso normalmente Nestlé u otros van a contestar: ‘nosotros no controlamos las filiales en esos países. Ellos actúan según las leyes de esos países’”.
Entonces, continúa nuestro interlocutor, “si están en un país donde hay respeto de los derechos humanos o del medio ambiente, todo va bien, si están en un país donde eso no existe, en ese caso no intervienen tampoco para que sus filiales hagan lo necesario para hacer respetar eso”.
A río revuelto…
De manera reciente, medio centenar de ONG suizas emitieron una iniciativa que busca que las trasnacionales observen una misma actitud de respeto hacia el ser humano y el medio ambiente en el extranjero, como en Suiza. Las empresas, recuerda Harrison, esgrimen que existen, en la OCDE, principios voluntarios y que los siguen.
“Es lo que responden y pretenden que si uno quisiera pedir a Nestlé o a empresas mineras que actúan en la Guajira, por ejemplo, hacer aplicar los derechos humanos o del medio ambiente en los lugares en los que están trabajando, sería dar a Suiza un estatuto de extraterritorialidad”
Ese, insistió el experto, es el argumento de que se valen, “pero de hecho utilizan la ausencia de leyes suficientes o de manera de implementarlas, para aprovecharse de la situación”.
Darles voz para protegerlos
¿Cuál podría ser la solución?, inquirimos.
“La solución tiene que ser encontrada en el país mismo. Uno puede tratar de hacer iniciativas y de buscar apoyo y solidaridad en Suiza para situaciones que pasan en Colombia, en Perú, en Zaire, en Congo o donde sea, pero de hecho, las luchas se tienen que hacer a nivel nacional.
“Lo único que puede hacer uno es apoyar esas luchas, darlas a conocer para proteger a los que están haciendo esas luchas, para que no les hagan desaparecer sin más”.