Los precios de los alimentos procesados deberían bajar debido a la rebaja de aranceles lo que se traduce en sobreganacias para las industrias alimentarias, señaló el director del Centro de Estudios Nueva Economía y Sociedad (Cenes), Manuel Lajo Lazo.
Fue durante su exposición en el desayuno de trabajo organizado por Ceplan sobre “Precios y márgenes de ganancia en la industria agro alimentaria”.
Consideró que actualmente se puede reducir el precio del pan en 8.7%, y la harina de trigo en 5.6%, manteniendo el margen de ganancia promedio de los últimos 6 años. En tanto, el precio del aceite vegetal podría reducirse en 15 % y la margarina envasada en 12%.
“No existe justificación alguna para que suban los precios de los productos alimenticios procesados, muy por el contrario deberían de bajar. Los precios no han caído de acuerdo a la evolución de sus costos. En cambio han subido sus márgenes de ganancia”, enfatizó.
Señaló que entre 2008 y 2011 prácticamente se han eliminado los aranceles a los insumos de las industrias y en total los productos agroalimentarios se han beneficiado por menores tributos de US$ 350 millones.
“Está comprobado en la mayoría de los cultivos que la eliminación de aranceles no favoreció al consumidor ni al productor agrario; solo aumentó márgenes de utilidad de la gran Industria y comercio”, dijo.
El especialista señaló que el sector alimentario es tremendamente heterogéneo, ya que coexisten productos de elevado consumo masivo con aguda inseguridad por importaciones subsidiadas (trigo, aceites, maíz, entre otros).
Esto, además de productos de mayor autosuficiencia (pan, arroz, azúcar y frutas); de inseguridad importante (algodón, cebada y otros); de producción autosuficiente que deberían ser más consumidos (menestras, plátano, yuca, pescado, carnes, alpaca, porcino); productos de consumo andino y amazónico; y aquellos orientados a la exportación tradicional y no tradicional.
Lajo propuso una reconversión de la agroindustria para evitar que a partir del trigo importado o donado se construya un sistema financiero y alimentario deforme, que frene la producción agraria propia y aliente industrias cuya rentabilidad dependa de subsidios globales, mientras se estanca o destruye la producción nacional y el empleo agropecuario en todas las regiones.
Por último, el experto recomendó implementar un proyecto de ley que frene y revierta las alzas injustificadas de precios de alimentos de primera necesidad (pan, pollo, aceite, leche, azúcar, arroz, algodón) mediante la transparencia de precios en un genuino libre mercado.
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