Nunca el mercado del vino va a dejar de sorprender, lo podremos calificar de cualquier cosa menos de aburrido, tiene la grandeza de su imprevisión, de ser indomable, incontrolable por nada ni nadie.
¿Quién podía esperar en vendimias y recién terminadas estas, que en febrero íbamos a tener el vino tal y como está ahora? Nadie.
Un mercado flojo, parado, lastrado por la bajada del consumo nacional y por excedentes de todo tipo de vinos y derivados. Una campaña a la que nos enfrentábamos sin tener una destilación reciente del vino por vez primera en la historia y que luego, por los motivos que ya les he ido informando, ha tenido desde primeros de este año un revulsivo total, un cambio de 180º, espectacular.
En estos momentos los mercados del vino van totalmente disparados. En poco más de un mes, el tinto ha subido más de 100 pesetas y el blanco 40… Y las perspectivas que hay es que esto no pare aquí, creo firmemente que si el vino hasta hoy no ha subido más es por falta de vendedores más que por otra cosa, es lógico y normal que en estos momentos en los que las circunstancias hacen que cada semana el vino suba unos céntimos, el elaborador de vino, bien particular, bien cooperativa, lo está guardando esperando a que la subida continúe, viendo hasta dónde puede llegar, está viendo que el que vendió hace un mes se equivocó, en el aspecto de que ahora lo puede vender más caro, y el que lo vendió hace quince días o una semana, le ha pasado lo mismo. Es difícil saber hasta dónde puede llegar el precio del vino cuando tiene una subida tan espectacular como la que tiene en estos momentos, ya que depende de muchos factores, pero de momento lo que sí está claro es que el vino podrá subir más o menos, podrá incluso estabilizarse, pero lo que tiene muy claro el vendedor es que bajar, a medio y corto plazo, no va a bajar, por tanto piensa que tiene más que ganar que que perder y decide así aguantar su mercancía antes de cederla a la venta.
En esta circunstancia, que a muchos ha pillado sin vino, el sector comprador está muy preocupado por el descenso de ventas que puede tener al intentar incrementar el precio de su producto ya que es normal que el consumo descienda al incrementar precios.
En definitiva, tenemos ante nosotros una campaña en la que no nos aburriremos y en la que hay que estar muy, pero que muy atentos, a los posibles movimientos que vaya teniendo el vino.
¡Plazo de matrículación abierto!
