Salvo un par de notables excepciones, el sector de artículos de primera necesidad tuvo un trimestre difícil.
La inflación en las materias primas, que para las compañías alimenticias representan cerca de una tercera parte del valor de sus ventas, no se detiene: PepsiCo y Unilever se encuentran entre las que enfrentan facturas más elevadas.
Los consumidores en gran parte del mundo desarrollado son frágiles, mientras que los mercados emergentes, que son más resistentes, se están volviendo más competitivos. El efecto tenaza de estas dos tendencias lleva a algunos analistas a preguntarse si la industria que en los últimos 25 años superó el desempeño del mercado en general llegó a un punto de inflexión.
Las materias primas más caras podrían haber llegado para quedarse, creen algunos analistas, mientras que la reducción de costos para compensar esa inflación tiene una vida limitada. Hasta ahora, compañías como Danone, el grupo francés de lácteos, y Nestlé, la alimenticia más grande del mundo, se resistieron a la tendencia de resultados pobres y reconocen que pueden cubrir los mayores costos, tal como lo hicieron cuando se dispararon los commodities en 2007-08.
Sin embargo, Martin Deboo, analista de Investec, espera que la inflación estructural en los commodities continúe debido al alza de la demanda y a que la conversión de cultivos de alimentos a biocombustibles está reduciendo la oferta. Si fuéramos a tener una inflación de costo estructural de 5% a 10%, se requerirían alzas anuales de precios de entre 1,5% y 3% simplemente para proteger los márgenes en efectivo, lo que tendrán que pagar los consumidores débiles de los mercados desarrollados.
Diageo se encuentra entre aquellos que muestran exactamente qué tan sensibles son algunos de esos consumidores. Las ventas del fabricante del whisky Johnnie Walker en Europa cayeron en el segundo semestre.
El productor de bebidas, al igual que las compañías del sector, respondió intensificando su presencia en los mercados emergentes, donde el crecimiento económico es robusto y los consumidores están elevado su poder adquisitivo. Esos mercados ahora representan cerca de 45% de las ventas de las compañías europeas de consumo masivo.
Pero eso tiene un impacto en los márgenes, porque el crecimiento en una determinada región requiere de mayor inversión en infraestructura y publicidad. En ciertos casos, como en el de la cerveza, también hay presión sobre los precios minoristas. Como resultado, la cervecera SABMiller, por ejemplo, genera cerca de una quinta parte de sus ventas en China aunque ese país representa sólo el 2% de sus ganancias, según estimaciones de los analistas.
Durante los últimos años había directorios que pedían al management incrementar lo máximo posible la exposición al mercado emergente. Y así fue como se produjo un avance masivo. Y eso afectará el costo del negocio, contó Nik Modi, analista de consumo masivo en UBS desde Nueva York.
Lo mejor de todo es que todos necesitamos comer y beber. Jamie Isenwater, de Deutsche Bank, aseguró: Internet mató a los CD. Es difícil imaginar que algo aniquile a la industria de los alimentos y las bebidas.
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