Kraft Foods ha denunciado el contrato de co-manufactura que tiene suscrito con Quesería Menorquina, sociedad que la multinacional vendió en 2009 a la familia Ruiz-Mateos junto con las marcas Tranchettes, Santé y Quesilete, dado que los incumplimientos ''han alcanzado niveles de máxima gravedad''.
Según informaron a Europa Press en fuentes de la compañía, a través de este contrato, Quesería Menorquina se comprometía a proveer de 2.700 toneladas al año de queso fundido a Kraft Foods, que mantuvo la propiedad de la marca El Caserío.
El grupo alimentario afirma que en el último mes y medio el nivel de servicio ''ha sido prácticamente nulo'', lo que ha generado situaciones fuera de ''stock'' en algunas referencias, ''con las consiguientes quejas y reclamaciones por parte de los clientes y, en consecuencia, con importantes daños'' a Kraft.
Tras la denuncia del contrato el 2 de febrero, Quesería Menorquina --una de las sociedades de la familia Ruiz-Mateos en ''preconcurso'' de acreedores-- dispone de un plazo de 30 días para ''poner remedio a sus incumplimientos'', que expira el próximo sábado, 5 de marzo.
''Desde que se produjo la denuncia del contrato, Kraft se ha venido dirigiendo por escrito a Quesería Menorquina cada semana exigiendo el cumplimiento de sus obligaciones'', indicaron las mismas fuentes, que afirmaron que el grupo no ha recibido ''ninguna explicación ni comunicación'' por parte de la empresa.
BUSCAR OTRAS ALTERNATIVAS.
Además, apuntaron que Kraft ha tenido que adoptar esta medida ''ante los continuados incumplimientos de Quesería Menorquina y la necesidad de buscar otras alternativas que le permitan atender los pedidos de sus clientes''.
De este modo, Kraft podría poner fin a este contrato, puesto que Nueva Rumasa ha tenido problemas desde noviembre de 2010 para cumplir con las entregas, según avanza ''Expansión'' en su edición de este miércoles, en la que detalla que alrededor del 20% de la producción de la fábrica, ubicada en Mahón, depende de este contrato.
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