Medio siglo después de su fundación, Pastas Gallo exporta el 12% de su producción a 32 países en cuatro continentes, con una facturación total, a cierre de 2009 de 215 millones de euros. Oriente Medio, África, China y Latinoamérica son sus destinos tradicionales. Ahora, los mercados emergentes de Europa Central se han convertido en su nuevo objetivo. Por ello, acaba de cerrar una operación en República Checa con la compra del 25% del líder nacional en elaboración de pasta, Europasta. Se cierra, así, la primera inversión en el extranjero de esta empresa familiar fundada en 1961.
La operación, según informan desde la compañía, forma parte del plan de expansión internacional de la firma hacia los nuevos mercados emergentes del centro de Europa, donde aún no se ha popularizado el consumo de pasta de trigo duro, tal y como se hace en España desde que Pastas Gallo lo introdujo en los años 50. Pastas Gallo confirma su voluntad de seguir liderando el mercado con una estrategia común apuntando hacia la internacionalización.
Enrique Jaenicke, responsable del área internacional de la compañía, asegura que “este es el momento más idóneo para implantarnos en el exterior. Es la zona de expansión de la Unión Europea lógica y natural para que crezcamos con un amplio número de consumidores. Pese a que en una primera prospección comprobamos que industrialmente Europa oriental se acerca al nivel de desarrollo de la parte oriental, en el sector de la pasta hemos comprobado que podemos aportar mucho conocimiento en este mercado”.
En 1953, en un viaje a Italia el fundador de la firma, José Espona, se da cuenta de que la cuna de la pasta no elabora sus productos estrella con harina, sino con sémola de trigo, más resistente a la cocción y mucho más digestiva. Pese a unos duros inicios Espona, consigue posicionarse como líder de un mercado nacional que con la entrada en la Comunidad Europea -en su momento- se ve obligado a competir con las grandes marcas italianas.
La sémola de trigo como materia prima supuso la primera vía a la exportación, a Oriente Medio y África, como países receptores de materia prima de calidad, acaparando un 22% de la cuota de mercado. Una segunda vía de ventas en el exterior fue la pasta ya elaborada. Los mercados naturales de Pastas Gallo identifican la firma con una marca española de calidad. En el caso de los mercados adaptados cubren una oferta concreta y adaptada, sobre todo a la idea de salud.
Europasta, la firma checa de la que Pastas Gallo ha adquirido el 25%, el año pasado facturó 45 millones de euros, y seguirá comercializando sus productos bajo sus marcas Adriana, Zatkivy, Rosicke e Idéal, en los países de Centroeuropa, mientras que Gallo mantendrá su marca en España. Este acuerdo, según fuentes de la compañía, permitirá que la firma española aporte su experiencia en el sector y su adaptación a las nuevas modas y tendencias importadas desde Europa. A partir de aquí, los planes de diversificación se extienden a Polonia y el resto de Europa Oriental.
Para este primera implantación en el exterior, Pastas Gallo se ha adscrito al programa del Instituto Español de Comercio Exterior (ICEX) de Apoyo a Proyectos de Inversión Productiva (PAPI), que promueve los procesos de internacionalización y la mejora de las empresas españolas con proyectos de inversión productiva o cooperación empresarial fuera del ámbito de la Unión Europea con vocación de permanencia. Así, tras una primera fase de financiación para llevar a cabo los primeros estudios de preinversión, Gallo compró de forma inmediata el 25% de la empresa checa instalando, así su primera sede en el exterior.
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