El mundo presenta excelentes oportunidades para la cadena de valor de los lácteos y la Argentina podría estar en condiciones mucho más favorables que sus competidores para aprovecharlas.
Este potencial podrá ser desplegado mientras haya libertad en el funcionamiento de los mercados.
La conclusión surge de un informe realizado por el Programa de Inserción Agrícola (PIA), proyecto financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo y ejecutado por la Sociedad Rural Argentina (SRA), Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), el Instituto para las Negociaciones Agrícolas Internacionales (INAI) y el Centro de la Industria Lechera (CIL).
Se prevé que para 2017, las exportaciones mundiales se incrementarán en un 10,8 por ciento, respecto de 2008.
De acuerdo con información de la OCDE-FAO, en la década 2008- 2018, el consumo mundial de manteca crecería un 33,4%, el de quesos, un 21,6%, la leche en polvo descremada un 18.9% y la leche en polvo entera, 32%.
Según el informe del PIA, la Argentina estará a la altura de esta demanda, ya que aumentaría su producción de lácteos en un 36,2%, para 2017.
Esta es la tercera tasa de crecimiento más alta en el mundo, después de la de China y la India.
La diferencia es que esos países no tienen saldo exportable, en cambio la Argentina tiene un excedente cercano al 25 por ciento.
Además, en los últimos años, su oferta de lácteos se diversificó mucho.
Mientras que en 1999, el 80% eran exportaciones de leche en polvo, en 2009, la proporción cambió.
El 54% son exportaciones de leche en polvo y el resto, de productos de mayor valor agregado como quesos, yogures y otros derivados.
Entre los países exportadores de lácteos, la Argentina ocupa el quinto lugar.
Ninguno de los cuatro exportadores principales (que concentran el 80% de las ventas externas) alcanzará el crecimiento de la producción calculado para la Argentina.
Europa, el primer exportador de lácteos en 2008, crecerá sólo 1,9% para 2017; Nueva Zelanda, el segundo exportador, un 31,9%; Australia, 19,7% y Estados Unidos, 10,7%.
La producción de estos países se desacelerará, como consecuencia de restricciones ambientales, el aumento del precio de la tierra, el recorte de subsidios, entre otras cuestiones.
Entre los países que explican el aumento de las importaciones de lácteos están los del continente asiático, que demandan más de dos millones de toneladas anuales, es decir, el 30% del comercio mundial de estos productos.
Su participación en la importación mundial de leche en polvo descremada (LPD) pasaría del 32%, en 2004, al 46%, en 2014.
El informe del PIA también señala que Medio Oriente es otro mercado interesante para el sector lácteo.
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