La Propuesta de Resolución del Parlamento Europeo sobre cómo evitar el desperdicio de alimentos que en estas últimas semanas está a debate, va a obligar a poner en marcha una estrategia encaminada hacia la eficiencia de la cadena alimentaria. El objetivo para 2025 que ha pedido a la Comisión Europea y a los Estados miembros es reducir a la mitad el despilfarro de alimentos. ¿Cómo? Una de las medidas que plantea el Informe del Parlamento Europeo es diversificar el tamaño de los envases.
En los últimos años ha habido un importante cambio sociodemográfico y cultural que ha supuesto fuertes modificaciones en el comportamiento y en los hábitos de consumo: Los bajos índices de natalidad que ha registrado España, los cambios de estructuras familiares (monoparentales, sin hijos, o menor número de hijos, hogares unipersonales, etc.) y las personas mayores solas en casa muestran una forma de consumo diferente.
Por otra parte, los tiempos disponibles para hacer la compra y preparar la comida se han reducido considerablemente ante las largas jornadas de trabajo, las distancias entre casa y lugar de trabajo. También la escasez de espacio para almacenar los alimentos ya que las viviendas son cada vez más pequeñas, así como también se ha incrementado la conciencia ambiental de los consumidores, son algunos de los factores que también han intervenido en este fuerte cambio de comportamiento en la compra y adquisición de alimentos. Estos son los principales motivos por los que los consumidores cada vez más demandan soluciones de producto con envases de menor tamaño, precisamente por un ahorro de coste en precio, tiempo y espacio o alimentos frescos y con mayor vida útil.
Soluciones tecnológicas para reducir el desperdicio de productos
Por eso, desde ainia se trabaja en el desarrollo de soluciones tecnológicas capaces de ofrecer una duración mayor a la vida útil del producto, con tecnologías que minimicen, por una parte, el deterioro microbiológico en los productos, a la vez de prolongar la calidad sensorial de los mismos durante un mayor periodo de tiempo. Estas aplicaciones industriales se perfilan como uno de los principales retos de la industria para satisfacer las exigencias actuales del consumidor en cuanto a practicidad y calidad se refiere, contribuyendo además a reducir el desperdicio de productos que actualmente se produce en Europa. Dependen de la tipología de producto y de su problemática concreta de deterioro (pérdida de humedad, enranciamiento, cambios de color, alteraciones microbiológicas, etc.).
Otra de las alternativas en las que trabaja ainia es en el diseño óptimo de envases teniendo en cuenta las necesidades de los consumidores en cuanto a almacenaje, lugar de consumo, etc así como el transporte y logística de las empresas en el proceso de distribución del producto minimizando el riesgo de roturas y posibles deterioros en la apariencia del envase que obligan en muchas ocasiones a descartar el alimento.
Así también la aplicación de ACV, cálculos de huella de carbono y análisis multicriterio en el desarrollo de nuevos envases o mejora evaluando las soluciones de envase y embalaje comparando los impactos medioambientales de diferentes alternativas.
En conclusión, la necesidad de que los productos estén envasados para facilitar su distribución, conservación, venta, uso etc, junto con los requerimientos económicos, seguridad e impacto ambiental, vida útil y nuevas funcionalidades para el consumidor, configuran un marco sobre el que ainia desarrolla de nuevas soluciones que podrían ayudar en la reducción del despilfarro de alimentos tal y como el Parlamento Europeo solicita para los próximos años.
Si está interesado en conocer soluciones que puede adoptar para ayudar a la reducción del despilfarro de alimentos puede contactar con nosotros a través del siguiente enlace.
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