El compuesto está basado en un antagonista opioide llamado nalmefene y funciona bloqueando los mecanismos del cerebro responsables del efecto de placer que proporciona el alcohol.
En virtud de estos primeros resultados, la farmacéutica ya ha solicitado a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, en sus siglas en inglés) la licencia de comercialización del fármaco pese a que todavía debe demostrar los efectos más a largo plazo del medicamento.
Actualmente, el tratamiento estándar para la dependencia al alcohol está basado en la terapia psicológica y también hay fármacos disponibles para ayudar a los pacientes que intentan dejar el hábito.
Por ejemplo, hay algunos que ayudan a evitar una recaída en el consumo de alcohol durante los períodos de abstinencia, medicamentos que causan náusea y malestar cuando se consume alcohol o terapias para aliviar los síntomas de abstinencia, que incluyen ansiedad e insomnio.
Pero, de momento, no existían tratamientos para reducir el ansia que sienten los alcohólicos para consumir la bebida y, de hecho, es por eso por lo que estos pacientes experimentan altas tasas de recaída cuando intentan dejar de beber.
Para evaluar la eficacia de este compuesto, se pusieron en marcha tres ensayos clínicos que incluían a un total de 1.997 pacientes de clínicas en Austria, Finlandia, Alemania y Suecia.
Los pacientes debían tomar una pastilla cuando la necesitaran, es decir, cuando se sintieran en riesgo de necesitar una bebida alcohólica.
Paralelamente, se les ofreció asesoría médica y psicológica para motivarlos y ayudarlos a adherirse a la terapia pero, en ningún momento, no se les impuso a un objetivo específico de abstinencia.
Durante los seis meses de tratamiento, los resultados mostraron que los participantes lograron reducir su consumo diario en 66 por ciento, comparado con el grupo que tomó placebo.
De este modo, la cantidad de consumo de alcohol consumido diariamente se redujo de 84 gramos al día (el equivalente de una botella de vino) a 30 gramos diarios (un vaso grande de vino).
Bebían menos cantidad, y menos días
Los participantes que recibieron el tratamiento también lograron reducir el número de días que bebían en exceso (más de 60 gramos de alcohol, en hombres, o 40 gramos en mujeres) de 19 a 7 días al mes en promedio. Además, los beneficios de dicho fármaco lograron mantenerse durante un año.
Los efectos secundarios más frecuentes fueron mareos, náuseas, fatiga, sudor excesivo, trastornos de sueño, incluido insomio, vómito y síntomas similares a los del resfriado.
''La gente que participó en estos ensayos clínicos tenía un problema real de dependencia al alcohol'', según ha reconocido a la BBC el doctor David Collier de la Universidad Queen Mary en Londres, uno de los investigadores del estudio.
Además, según ha explicado en declaraciones recogidas por Europa Press, ''la mayoría nunca había pedido ayuda para su adicción y algunos habían fracasado con sus estrategias de abstinencia para dejar de beber''.
''Basados en la experiencia que tuvimos con estos ensayos, la reducción del consumo de alcohol a niveles seguros puede ser un objetivo realista y práctico para la gente que tiene una dependencia al alcohol, y esto puede traer muchos beneficios a corto y largo plazo para su salud'', ha señalado el investigador.
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