El juzgado de Primera Instancia número 2 de Madrid ha desestimado la demanda interpuesta por la Federación Nacional de Industrias Lácteas (Fenil) contra la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) que afirmaba en una nota de prensa que la leche actual es peor que la de hace una década.
Según la sentencia, y contra la que cabe recurso de apelación, la demanda se desestima porque, al no haber realizado la Fenil los estudios que rebatían las opiniones de la OCU, ''no puede declararse que la leche sea de mejor calidad que hace diez años, pues es un extremo que se desconoce''.
La OCU emitió una nota de prensa el 21 de junio de 2011 en la que afirmaba que, tras un análisis de las principales marcas de leche entera, desaconsejaba la compra de diez de ellas por no reunir los requisitos básicos de calidad y daba los resultados marca por marca.
En su nota de prensa, la OCU explicaba que en el análisis había detectado diferencias de calidad que no se han encontrado en otros productos y peores resultados que los detectados hace una década, que según la organización podría tener su causa en que las exigencias de la ley se han relajado.
La OCU aseguraba que el análisis ponía en evidencia algunos de los procedimientos utilizados por algunos fabricantes, entre ellos el uso de leche de elevada antigüedad (proteínas degradadas), la necesidad de añadir estabilizantes (fosfatos) que no se declaran y el uso de tratamientos térmicos muy agresivos que no mejoran las condiciones higiénicas de la leche y sólo deterioran su calidad.
La organización de consumidores afirmaba que algunos de estos resultados ''pueden calificarse como fraude'' y que en el mercado había ''leches de buena y de mala calidad a precios de todo tipo y que no es necesario gastar más dinero para beber una buena leche''.
La sentencia detalla que los análisis de la OCU fueron corroborados en prueba pericial propuesta por la propia organización de consumidores.
Esta última concluía que ''los datos obtenidos en el actual estudio son sensiblemente peores que los presentados hace 10 años''.
Según la sentencia, Fenil no ha podido acreditar que en efecto la leche de hoy es de mejor calidad que la de hace diez años como ''pretende que se haga constar ahora'' y añade que no basta con descalificar el informe del perito propuesto por la OCU, ''es necesario que se haga un estudio de la leche analizada para que se pueda constatar la realidad de sus afirmaciones''.
La Fenil criticaba el informe de este perito porque se había analizado una sola muestra de un único lote de cada una de las marcas de leche y entendía que los resultados habrían variado de haberse utilizado otro método.
Según figura en la sentencia, no consta que la Fenil haya realizado ningún estudio en este sentido, pese a que en el artículo de la OCU se mencionan expresamente las marcas cuya leche se considera que no reúne las debidas condiciones de calidad.
Y tal y como subraya la sentencia, sin este análisis ''difícilmente puede podrá hacerse una comparativa con el estudio realizado en 2001''.
La sentencia refleja que la nota de prensa de la OCU tuvo una notoria repercusión en los medios, según contabilizó la propia Fenil en su demanda, con 245 informaciones negativas publicadas por un total de 134 medios de comunicación que lograron una difusión estimada de casi 20 millones de personas y una audiencia de 30,7 millones de usuarios.
Añade la magistrada Cristina Fernádez Gil que lo que más repercusión tuvo fue la ''manifestación de que había una alarmante falta de control de los fabricantes y un descenso de la calidad en cuando a las cualidades nutricionales y composición de la leche de hacía 10 años''.
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