Ingredientes para ''4 personas'':
- 320 g de Alubias blancas de riñón
- 1 Cebolleta tierna
- 1 cabeza de Ajo
- 2 Tomates rojos maduros
- 2 Zanahorias
- 1 Manzana Golden
- 1 ramita de Tomillo
- 1 hoja de Laurel
- 4 granos de Pimienta negra
- 3 Clavos de especia
- 2 granos de Cilantro
- Aceite de oliva
- Sal
Tiempo total: 13 hrs
Tiempo de elaboración: 12 hrs
Tiempo de cocción: 1 hr
Epoca del año recomendada: otoño-invierno-primavera
Elaboración:
Pre-elaboración Poner las alubias en remojo en agua fría el día anterior. Escurrir y lavar las alubias. Elaboración Poner a cocer las alubias en una olla cubiertas de agua fría con un chorrito de aceite de oliva. Cuando rompa a hervir cortar la cocción con un vaso de agua fría y volver a llevar a ebullición. Repetir la operación tres veces para que la legumbre quede entera y no pierda la piel. Incorporar a las alubias hirviendo las cebolletas troceadas, la cabeza de ajos entera, los tomates con piel cortados en cuatros, las zanahorias raspadas cortadas en rodajas y la manzana entera partida por la mitad. Añadir las hierbas aromáticas y las especias y un poco de sal (es mejor rectificar el punto de sal al final de la cocción para que la legumbre quede más tierna) Cocer a fuego muy bajo destapado hasta que las alubias estén blandas. Presentación En el último momento sacar la cabeza de ajos y la manzana. Triturar la manzana con el pasapurés para separar la piel y las pepitas e incorporar el puré de manzana al guiso para espesarlo un poco y darle un toque peculiar de sabor. Dejar cocer 5 minutos más y servir c aliente en plato hondo.
¿Sabías que?
Las alubias o judías forman parte de la dieta humana desde muy antiguo. De su ancestral existencia hallamos datos arqueológicos que demuestran el consumo del frijol por allá el 8.000 a.C. en México y América Central. Aún así, posteriormente también se cultivarían variedades autóctonas en la cuenca del Mediterráneo que serían integradas a la gastronomía de nuestros antepasados con más o menos éxito. Los griegos, por su parte, les atribuirían la denominación pháselos, de donde derivaría el nombre científico asignado en latín a la familia botánica a la cual pertenecen, phaseolus. De ahí también vienen otras designaciones como fesol o fesolet (en catalán), pero cabe decir que entre griegos y romanos no gozó precisamente de gran popularidad. Realmente es con el descubrimiento de América -lugar donde constituían uno de los aportes alimenticios básicos de las culturas precolombinas- que llegan a Europa vía España expandiéndose su consumo generalizado. Aunque parece que el término alubia procede de la palabra árabe al-lubiya, una de las que cala más profundamente en el léxico español es el mote judía. Pues de la sabiduría popular se extrae que es justamente por su resistencia a sumergirse en el agua en remojo que se las denominaría judías, haciendo alusión al símil del bautizo de judíos en una época en que este grupo fue perseguido por la Iglesia y el pueblo con ferocidad. Otras versiones dicen que también proviene del mote árabe chudiya. Sea como fuere, hoy en día goza de gran aceptación en la cocina mediterránea no sólo por sus posibilidades culinarias, sino por tratarse de un plato consistente y muy sano.
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