La alimentación rica en soya está asociada con una reducción de la enfermedad cardiovascular, pero un estudio sugiere que la soja no mejoraría la presión de las adultas mayores.
Los resultados, publicados en American Journal of Clinical Nutrition, se suman a las pruebas contradictorias de los beneficios de las isoflavonas de la soya, sustancias que tendrían un efecto similar, pero más leve, que el estrógeno en algunos tejidos del organismo.
Varios estudios habían comprobado que la administración intravenosa de isoflavonas de la soya reforzaría la producción orgánica de óxido nítrico, que dilata los vasos sanguíneos.
''Pero no consumimos la soja de esa manera'', dijo William Wong, de la Escuela Baylor de Medicina, en Houston, quien dirigió el nuevo estudio.
Además, aclaró que esos estudios habían sido sobre los efectos inmediatos de la soja en la función vascular y no sobre los beneficios ''sostenidos'' para la presión sanguínea.
RESULTADOS ''DESALENTADORES''
El equipo de Wong les indicó a 24 mujeres menopáusicas tomar al azar isoflavonas de soya o placebo durante seis semanas. Los suplementos les aportaban 80 miligramos (mg) diarios de isoflavonas.
Todas las participantes tenían presión moderadamente elevada al inicio del estudio.
A las seis semanas, los efectos de las isoflavonas no superaron a los del placebo. La presión sistólica promedio fue de 136 mm/Hg en el grupo de control y de 137 mm/Hg en el grupo tratado con soja (140 mm/Hg o más es considerado presión alta).
La presión diastólica promedio de ambos grupos fue de 80 mm/Hg, el valor umbral ''normal''.
El equipo también realizó análisis de sangre especiales para determinar si los suplementos de soya interferían en la producción de óxido nítrico, pero no halló efecto alguno.
''Fue desalentador'', dijo Wong.
El estudio duró sólo seis semanas, pero el autor explicó que sería suficiente para detectar algún efecto beneficioso en la presión si lo hubiera.
''Si no observamos nada en seis semanas, dudamos que lo pudiéramos hacer (en un periodo más prolongado)'', señaló Wong. ''Si alguien está buscando una bala mágica contra la hipertensión, ésta no lo es'', añadió.
Dicho eso, el autor consideró que agregar alimentos de soya a la dieta, en especial desde temprana edad, podría ser una medida saludable. Supuso que los beneficios asociados con la soya en las poblaciones asiáticas sería resultado del consumo permanente de esos productos.
''Quizás la clave está en la exposición prolongada a los alimentos de soya'', dijo Wong.
Por ahora, el tratamiento principal de la hipertensión consiste en empezar a comer saludablemente, con poco sodio y gran cantidad de frutas y verduras, y hacer ejercicio. Si se tiene sobrepeso, adelgazar reduce la presión. Algunos pacientes necesitan antihipertensivos.
Pharma Consulting e Industries BV, de Holanda, proporcionaron los suplementos de soya que utilizó el equipo. Los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos financiaron el estudio.
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