De acuerdo con la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), la leche es una fuente primordial de nutrimentos; cuenta con nueve componentes esenciales que necesita el cuerpo diariamente para mantenerse fuerte y sano. Su contenido en proteínas, sales minerales, especialmente calcio y zinc, carbohidratos y lípidos la convierten en un importante alimento para personas de cualquier edad.
Recientes estudios indican que las proteínas de la leche y los productos lácteos, además de ser catalogadas como de muy buena calidad, ejercen un papel promotor en el crecimiento de niños y adolescentes, disminuyendo los índices de anemia, la deficiencia de hierro y la desnutrición crónica, además de contribuir a una mayor estatura, masa muscular y desarrollo mental, además de que contribuyen en gran medida a la salud de las personas adultas.
De acuerdo al Ing. Alfonso Moncada, Presidente de la Comisión de Normalización de la Cámara Nacional de Industriales de la Leche (CANILEC), cuando las proteínas de la leche son digeridas o sometidas a ciertos procesos como los que son utilizados para la creación del yogurt o quesos, forman péptidos, sustancias que pueden ejercer un efecto regulador en el organismo humano y que están relacionados con múltiples beneficios que además de contribuir a la nutrición básica, pueden ayudar a la prevención de algunas enfermedades como la hipertensión (desorden relacionado con múltiples complicaciones).
Tanto la leche como sus derivados, son alimentos que deben ser incluidos como parte de una alimentación correcta en todas las etapas de la vida. Diversos estudios señalan que las personas que incluyen dichos alimentos en su dieta gozan de mayor salud y por lo tanto de mayor calidad de vida.
Al respecto, Raúl Riquelme, Presidente de CANILEC, comentó que actualmente circulan creencias erróneas sobre este alimento, por ejemplo, la idea de que está relacionado con la obesidad. “Países como Suiza, Holanda y Finlandia consumen el triple de lácteos per cápita que México, y se encuentran en los lugares más bajos de la tabla de Estados con mayor obesidad”, precisó.
La FAO, compuesta de 191 Estados Miembros y que trabaja desde 1945 para elevar los niveles de nutrición, mejorar la productividad agrícola, la vida de las poblaciones rurales y contribuir al crecimiento de la economía mundial, comenzó a celebrar el primer día Mundial de la Leche el 1o de junio 2001.
El consumo de lácteos en México durante 2011 fue de 139.5 litros equivalentes por habitante al año, que representa 0.382 litros diarios, muy por debajo de los 500 ml diarios recomendados por la Organización Mundial de la Salud.
En el 2011 la producción nacional de leche en México fue de 10,743 millones de litros según cifras preliminares del Servicio de Información y Estadística Agroalimentaria y Pesquera (SIAP), lo que representa un crecimiento del 0.06% en comparación con la producción del año 2010.
¡Plazo de matrículación abierto!