Sopa de zanahoria con almendras.
Ingredientes para ''4 personas'':
- 2 tomates maduros
- 1 patata
- 2 cebollas
- 1 rama de apio
- 1 nabo
- 2 hojas de laurel
- 2 manojos de zanahorias
- 150g de almendras crudas, peladas
- Virutas de jamón ibérico
- Aceite de oliva
- Sal
Tiempo total: 1 hr
Tiempo de elaboración: 10 min
Tiempo de cocción: 50 min
Epoca del año recomendada: todo el año
Elaboración:
Hacer un caldo ligero con los tomates, las patatas, las cebollas, el apio, el nabo, el laurel y un chorro de aceite. Colar el caldo y cocer en él las zanahorias, cortadas en trozos de 2 o 3cm de grosor, durante 30 o 40 minutos, tapadas y a fuego bajo. Remojar las almendras en agua caliente, pelarlas y freír ligeramente con un poco de aceite hasta dorarlas. Añadir las almendras fritas y el aceite de freírlas a las zanahorias cocidas y el caldo en que se han hervido, y triturar para obtener una crema Servir con unas virutas de jamón ibérico. Puede tomarse caliente en invierno y fría en verano. Nota de cata Sobre el fondo de caldo vegetal, muy aromático, con perfume de laurel y algo ácido debido al tomate, se desarrolla el dulzor con fondo de resina de zanahoria. La leche de almendras resultante de triturarlas define el plato en su color y sabor. Frutado de almendras en boca que gana en complejidad. Al paladear aparecen los aromas del caldo base.
¿Sabías que?
Como ya hemos mencionado en antiguos comentarios, el sustrato histórico de la zanahoria en las culturas mediterráneas es mucho más largo y profundo de lo que, a primera instancia, cabría pensar. En el marco de la civilización grecorromana gozaba de un protagonismo nada desdeñable que fue testimoniado por algunos de los personajes más influyentes de la época clásica. Dioscórides (s. I d. C.) aseguraba los efectos positivos de esta raíz al favorecer la concepción y la menstruación en las mujeres, algo que debía basarse en cierto modo en el simbolismo vinculado a su intenso color y que con los años cada vez se acentuaría más. Además, y entre otras propiedades diuréticas y purgativas, destacaba sobre todo el efecto estimulante que despertaba también en el apetito sexual, una convicción que persistiría hasta bien entrada la Edad Media. Por otro lado, algunos autores también confirman su consumo como hortaliza preferente para la comida festiva del Viernes Santo y la Cuaresma. La civilización romana utilizaba indistintamente especies como la chirivía y la zanahoria, que viene representada en algunos frescos de Pompeya. La información culinaria que ha quedado de la civilización romana habla de distintos métodos de cocción, pudiéndose comer tanto en estado crudo como cocido, ya fuera freída como hervida, e incluso acompañada con garum (famosa salsa romana elaborada a base de vísceras de pescado) o vino. En este caso, te proponemos de degustarla como una sopa bien fresca.
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