Recién tirada del barril y servida con una sonrisa, la cerveza Paulaner tiene un sabor exquisito.
Fue un proyecto ambicioso. Hace 20 años, la cervecería Paulaner inauguraba la primera microcervecería y restaurante bávaro fuera de Baviera, en la capital china, Pekín. Para la cervecería tradicional muniquesa, la apertura en el recién construido Hotel Kempinski fue como mínimo tan excitante como para los primeros huéspedes. Ya que hasta ese momento era totalmente desconocido, no solo
en Pekín, si la idea de cerveza bávara original y comidas en un ambiente bávaro original funcionaría.
Pero la cervecería tradicional confió en la calidad de su oferta. Y apostó que los clientes chinos, con su buen olfato para lo especial y su receptividad frente a lo nuevo, recompensarían el trabajo. Realmente se comprobó muy pronto que los visitantes amaban la cerveza fresca, elaborada directamente in situ y las especialidades culinarias bávaras así como la típica hospitalidad. “Desde su apertura, la cervecería en Pekín no ha perdido nada de su atractivo”, cuenta Jürgen Schenk, director de Paulaner Bräuhaus Consult GmbH. Para Schenk, el éxito de la idea es también personal, ya que fue él quien, como maestro cervecero recién formado, inauguró la cervecería en Pekín y la dirigió durante muchos años.
Actualmente, las cervecerías son conocidas en todo el mundo. Siguiendo el modelo de Pekín, Paulaner Bräuhaus Consult abrió otros 17 establecimientos, entre otros, en Rusia, Singapur e Indonesia. Entretanto, en China ya existen doce locales que entusiasman a sus clientes en todo el país. El corazón de cada uno de estas cervecerías es la microcervecería y la cerveza fresca, sin filtrar, que aquí se elabora directamente. Los clientes que así lo deseen pueden conocer el proceso de elaboración de la cerveza gracias al
maestro cervecero.
Junto a la mejor cerveza corresponden las mejores comidas; esto es algo natural para los anfitriones en Paulaner Bräuhaus. Esta convicción tiene buena acogida en China. “A los clientes les agrada ir a comer, son exigentes, aprecian lo especial y aprecian las marcas”, según la descripción de Jürgen Schenk del perfil de sus clientes. Ellos quieren el original. “En China nadie se conforma con una copia”, dice Schenk. En este aspecto, la marca premium Paulaner satisface en especial medida las exigencias del mercado chino; y a ellas se enfrenta con gusto Paulaner Bräuhaus Consult; en octubre de 2011 abrió otra Paulaner Bräuhaus en Guangzhou.
El Dr. Martin Bém, socio gerente de la cervecería Paulaner, comento en con relación al éxito hasta la fecha: “En las primeras semanas desde la apertura de la cervecería en Guangzhou ya hemos vendido 42.000 vasos de cerveza Paulaner fresca, elaborada en este propio lugar”.
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