La producción anual de alimentos congelados en Japón aumentó por primera vez en cuatro años en 2011, circunstancia motivada, en gran parte, por el impulso en la demanda causado por el desastre de Fukushima del pasado mes de marzo. Desde entonces, la población nipona tiende a almacenar mayores cantidades de comida en sus hogares.
Sin embargo, tanto los consumidores como las empresas japonesas están deseosas de encontrar nuevos métodos para reducir su consumo eléctrico frente a los recortes a escala nacional previstos para verano. Los principales supermercados del país lo saben y tras notar las buenas expectativas de crecimiento de la demanda de los productos congelados, están ideando nuevos métodos que satisfagan las necesidades de sus clientes. Muchos de ellos están dedicando una sección dentro de sus establecimientos a los productos congelados que no necesitan calentarse antes de ser consumidos.
Estos productos no requieren el uso de microondas, sino que se descongelan de forma natural, con lo que se ahorra energía. Además, pueden ser usados para mantener el almuerzo frío y fresco en la oficina. Algunos ejemplos de empresas que están apostando por este tipo de productos son Ajinomoto Co., Nippon Suisan Kaisha Ltd. o Maruha Nichiro Holdings Inc.
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