Ingredientes (para 30-40 unidades según tamaño):
- 6 Huevos
- ¼ kg Harina
- ¼ kg Azúcar
- ¼ l Aceite de oliva
- Aromas: ralladura de naranja y limón
- 75g Pasas de corinto
Tiempo total: 25 min
Tiempo de elaboración: 10 min
Tiempo de cocción: 15 min
Epoca del año recomendada: todo el año
Elaboración:
Pre-elaboración Batir los huevos con el azúcar y los aromas. Añadir el aceite de oliva y por último la harina tamizada. Mezclar bien hasta conseguir una masa homogénea. Precalentar el horno a 200ºC Elaboración Repartir las cápsulas para las magdalenas alineadas en una placa de horno. Rellenar las cápsulas de masa con ayuda de una cuchara hasta las ¾ partes. Pones 2-3 pasas de corinto en cada magdalena. Hornear de 10 a 15 minutos o hasta que al pincharlas con una aguja salga seca. Presentación Se deja enfriar y se sirven con sus cápsulas acompañadas de fruta.
¿Sabías que?
La historia de la magdalena o madalena en el contexto mediterráneo remite a un anecdotario variado, aunque relativamente reciente sólo si la tomamos estrictamente como tal. Pues sería poco acertado pensar que esta sencilla elaboración a base de harina, levadura, azúcar y aromas tiene un origen inequívoco y concreto en la historia de la gastronomía. Deberíamos indagar en distintos preparados de repostería para darnos cuenta que existen numerosos dulces similares desde tiempos bastante antiguos. Romanos y griegos ya confeccionaban dulces con cereales, levadura, miel, frutos secos, quesos y conservas, siendo realmente en la Edad Media cuando se profesionalizaría el arte de la pastelería de la mano protagonista de los monjes y también bajo la influencia de los árabes como amantes del azúcar y maestros en la fabricación de dulces. Ya entrada la Edad Moderna y con el predominio del azúcar en la pastelería, la cocina francesa (a su vez recipiente de otras influencias europeas) fue cobrando protagonismo y centralidad en el desarrollo y la profesionalización del arte pastelero. A los franceses se les atribuye la invención de las madalenas en pleno siglo XVIII, representando los banquetes reales de su corte un escenario idóneo para la experimentación y el descubrimiento de nuevas exquisiteces. Aún así, en la sabiduría popular de España las magdalenas tienen un marcado simbolismo religioso ya que al parecer eran repartidas por buenas samaritanas a los peregrinos que recorrían el país. Y curiosamente, es a Maria Magdalena a quien se evoca cuando utilizamos la expresión “llorar como una magdalena”.
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