La manipulación y cocción de los alimentos es clave a cualquier edad. Pero sobre todo lo es, a edades tempranas, cuando el impacto de cualquier forma de contaminación puede tener serias consecuencias sobre la vida de los más chicos. Si bien uno de los peligros más conocidos derivados de una mala manipulación de los alimentos es el Síndrome Urémico Hemolítico, hay otras enfermedades que se pueden prevenir tomando algunos recaudos sencillos.
En este marco, especialistas de la Asociación de Empresas de Nutrición Infantil de la Argentina (ANI), creada con el objeto de promover una adecuada nutrición infantil durante la primera edad e integrada por algunas de las compañías más importantes del sector, difundieron recientemente 10 claves referidas a la alimentación de los chicos. Todas tienen que ver con la forma de manipular y cocinar los alimentos para reducir cualquier riesgo de contaminación.
La primera de las reglas se refiere a la lactancia materna, recomendada desde la primera hora de vida y hasta los 6 meses. Después y hasta los dos años o más, se aconseja seguir con la lactancia pero complementada con otros alimentos, ya que la leche materna deja de ser suficiente para atender a las necesidades del chico.
La segunda recomendación consiste en cocinar bien los alimentos, ya que muchos comestibles crudos, especialmente el pollo y la carne vacuna pueden estar contaminados por agentes patógenos. Esos agentes pueden eliminarse con una correcta cocción.
El tercer consejo apunta a consumir inmediatamente los alimentos cocinados, ya que cuando éstos se enfrían, a la temperatura ambiente, los microbios empiezan a proliferar. Cuanto más se espera antes de consumirlos, mayor es el riesgo de contaminación.
¿Cómo conservar los alimentos? El trabajo también aporta consejos referidos a los alimentos cocidos que se desean guardar. En el caso de los destinados a lactantes se recomienda no guardarlos, ya que “si los alimentos cocidos no se pueden enfriar por dentro tan deprisa como sería de desear y la parte central del alimento sigue caliente demasiado tiempo, los microbios pueden proliferar y alcanzar rápidamente una concentración susceptible de causar enfermedades”, dice el informe.
Otra de las recomendaciones apunta a recalentar bien los alimentos cocinados tras su almacenamiento. Un buen recalentamiento implica que todas las partes del alimento alcancen una temperatura de al menos 70º C.
Una recomendación que fue muy difundida con la aparición de casos de síndrome urémico hemolítico, es la que apunta a no mezclar alimentos crudos y cocidos. En ese sentido, el informe de ANI pone el acento en evitar el contacto entre comida cruda y cocida para evitar la contaminación microbiana. Destaca que un alimento bien cocido puede contaminarse al tener el mínimo contacto con uno crudo.
No descuidar el lavado de manos es la siguiente recomendación. esta operación debe concretarse tanto antes de empezar a preparar los alimentos como después de cualquier interrupción, o después de preparar alimentos crudos, tales como pescado, carne o pollo.
La octava recomendación apunta a mantener limpias todas las superficies de la cocina, “sin olvidar que cualquier desperdicio, migaja o mancha puede ser un reservorio de gérmenes”. Así mismo los paños que entren en contacto con platos o utensilios, se recomienda que permanezcan limpios y desinfectados.
Otra recomendación tiene que ver con mantener a los alimentos fuera del alcance de insectos, roedores u otros animales. En este sentido, se manifiesta que lo más seguro es mantener esos alimentos en recipientes bien cerrados.
La última sugerencia apunta al agua: tiene que ser potable y si no inspira confianza debe ser hervida antes de añadirla a los alimentos o transformarla en hielo. La mayor atención ha de tenerse con el agua empleada en la comida de los lactantes, concluye el trabajo.
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