Amamantar a sus hijos a veces se vuelve una tarea bastante difícil.
Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), solamente el 40% de los bebés del mundo reciben lactancia exclusiva de sus madres. Esto se debe principalmente al estilo de vida que se lleva en la actualidad, afirma Mauricio Guerra, pediatra y neonatólogo, quien añade que por razones, a veces, de comodidad de las madres, ellas prefieren comprar sucedáneos (reemplazantes) de la leche.
Por otra parte, el experto asegura que teniendo en cuenta que ahora es común que las mujeres trabajen, la falta de lactancia se debe en muchos casos a la escasez de tiempo de las madres trabajadoras.
“No se puede olvidar que en Ecuador, las mamás tienen derecho a tres meses obligatorios de descanso por maternidad. Sin embargo, luego de este tiempo deben volver a sus labores cotidianas, entonces amamantar a sus hijos a veces se vuelve una tarea bastante difícil”, precisa.
De esta manera, suelen reemplazar este alimento, elemental para el buen desarrollo tanto físico como mental de los recién nacidos, por otros productos que no brindan los mismos beneficios a los bebés.
¿Por estética?
Existen mujeres que por cuidar su cuerpo intentan inmediatamente bajar de peso luego del parto. Pero no toman en cuenta que esta reducción de grasas y calorías puede disminuir la producción de leche y, en ocasiones, incluso puede secarla definitivamente.
Considere que dar de lactar genera una pérdida importante en los niveles de masa corporal. Ocasiona que se consuma una mayor cantidad de calorías y grasas de la madre, es decir, “mientras más amamante, menor será su peso”.
Incluso, a largo plazo tiene menores probabilidades de padecer obesidad y, consecuentemente, problemas asociados a esta enfermedad como complicaciones cardíacas, manifiesta Guerra y agrega que también debido a la facilidad que existe en la actualidad gracias al biberón, en muchas ocasiones, ellas prefieren no dar de lactar a sus hijos.
Es así que el objetivo principal de la Estrategia Mundial para la Alimentación del Lactante y del Niño Pequeño adoptada por los estados miembros de la OMS y la Junta Ejecutiva de Unicef consiste en reactivar los esfuerzos encaminados a proteger, promover y apoyar la alimentación apropiada del lactante, pues “para el bebé no hay nada que lo alimente y proteja mejor que la leche de su madre”, concluye el especialista.
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