Alimentos orgánicos, más caros pero no más sanos.
Que los alimentos orgánicos eran más caros lo sabíamos, que eso no significa que sean más sanos, es una afirmación siempre en entredicho que ha sido corroborada por un reciente estudio llevado a cabo por la Universidad de Stanford y publicado por Annals of Internal Medicine.
Este metaanálisis basado en los resultados obtenidos por otros más de 200 estudios y liderado por la profesora Crystal Smith-Spangler, concluye que entre los alimentos orgánicos (más caros) y los denominados convencionales no existen grandes diferencias nutricionales, y que si bien los primeros puede que tengan una menor concentración de residuos fitosanitarios, todos ellos, tanto orgánicos como convencionales, son igualmente saludables pues cumplen con los criterios establecidos por las autoridades competentes, en Europa la EFSA (European Food and Safety Agency).
Los resultados de este estudio cobran si cabe más relevancia, cuando recientemente se ha hecho público un informe elaborado por la ONG Intermon Oxfam (ver informe), que alerta de las devastadoras consecuencias que para la población más desfavorecida conlleva la subida del precio de los alimentos provocada por el cambio climático. El mismo informe señala la necesidad de llevar a cabo medidas encaminadas a reducir las emisiones de CO2 y promover la sostenibilidad y las nuevas técnicas agrícolas para evitar una crisis alimentaria de daños irreparables. En la misma línea se encuentra el llamamiento que la FAO viene realizando a incrementar de manera notable la producción de alimentos para poder atender la demanda de una población mundial en constante crecimiento. Ante esta situación, el concepto de sostenibilidad toma otra dimensión, no se trata sólo de proteger el medio ambiente, que también, sino de incrementar la productividad de los cultivos asegurando la calidad y seguridad de los alimentos. Es lo que viene denominándose Agricultura Intensiva Sostenible, en la que los productos fitosanitarios juegan un papel imprescindible, garantizando una producción suficiente de alimentos sanos y seguros a precios asequibles para todos los consumidores, opción que además hoy podemos afirmar, no conlleva un menor aporte nutricional para nuestra salud.
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