Una población cada vez más diversa en un país en que se cocina cada vez más en casa. Estos dos factores son los principales motores que impulsan el crecimiento de las ventas de alimentos étnicos en Estados Unidos, que ascendieron a 3.000 millones de dólares (2.435 millones de euros) en 2011, un 8,6% más que en el ejercicio de 2009. La estimación apunta a que se alcanzará la cifra de 4.000 millones de dólares (3.250 millones de euros) en 2016. Dentro de este heterogéneo rubro, la comida mexicana y latina representa la mayor cuota, al tiempo que la comida étnica de países no sudamericanos ni asiáticos es la que más crece.
Los grupos étnicos de EEUU, cada vez más diversos y amplios, tienden a consumir alimentos característicos de sus países de origen, y tienen capacidad de influir lo que consumen sus círculos sociales cercanos. El auge de la comida mexicana, por ejemplo, está en estrecha relación con la explosión demográfica de la población azteca en el país norteamericano. Por otro lado, a raíz de la situación económica se cocina más en casa y muchos estadounidenses se animan con productos y recetas propias de cocinas foráneas. Todo ello se traduce en una demanda creciente de alimentos étnicos.
Según la consultora Mintel, el sector de alimentos étnicos en EEUU se divide en cinco categorías: alimentos mexicanos/latinos (55,4% de cuota en el sector en 2011); alimentos asiáticos (26%); alimentos indios (1,2%); y otros alimentos étnicos (17,4%). Esta última categoría es la que más crece -las ventas han aumentado un 32,9% de 2009 a 2011-, y en ella destacan los alimentos de Oriente Medio y los procedentes de la región mediterránea, bajo los cuales se encuadrarían la mayoría de productos españoles.
Las salsas y condimentos fueron los productos étnicos más lanzados en 2011 (representaron un 22,4% del total de las referencias étnicas introducidas), pero su importancia disminuye en beneficio de otros productos como los lácteos, los aperitivos o las guarniciones.
El auge de los alimentos étnicos demuestra que la población estadounidense se abre paulatinamente a nuevos productos y culturas culinarias, lo que representa una gran oportunidad para los fabricantes agroalimentarios españoles.
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