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Zumos de verduras: Cómo prepararlos y qué propiedades tienen

Los zumos vegetales tienen propiedades muy beneficiosas para la salud si se acierta con la combinación de verduras y hortalizas.

29/10/2013 -

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El color de los vegetales representa la presencia de antioxidantes.

 

Hablar de zumo es pensar en frutas. Sin embargo, las verduras tienen muchísimas propiedades y algunas resultan muy interesantes cuando se preparan como zumos. Con una combinación bien escogida de vegetales, se pueden hacer zumos o licuados de verduras y hortalizas en los que, además de probar unos sabores sorprendentes y agradables, se aprovechan al máximo las cualidades de todos ellos. Conviene saber que, aunque se pueden mezclar las hortalizas según gustos y preferencias, hay combinaciones mejores y más acertadas, así como momentos idóneos para degustarlas.

El color de los vegetales representa la presencia de antioxidantes, beneficiosos para la salud, el color de un plato es la primera sensación que se percibe. Junto con el aroma, influye de manera casi determinante en su apetencia, incluso sin haberlo probado. En los vegetales, el color también representa la presencia de compuestos (como clorofilas, carotenoides, antocianinas o licopeno), muy interesantes por su potencial antioxidante, preventivo de enfermedades. Al iniciarse en los zumos de hortalizas, es posible guiarse por las preferencias del sabor sin dejar de lado su aspecto más saludable y nutritivo.

Zumos verdes: Las verduras de elección son las de hoja verde, como lechugas, escarolas, endibias, acelgas, berros, pepino, apio o espinacas, aderezadas con perejil fresco picado o en zumo. La mezcla con manzana es idónea, ya que esta fruta tiene buena sinergia nutritiva con las verduras verdes y proporciona al jugo un agradable y agradecido gusto dulce. Conviene no mezclar estas verduras con lácteos (leche, quesitos o nata), ingredientes tan habituales en las recetas de cremas de verduras, con el fin de aprovechar al máximo la absorción del hierro vegetal, dado que el calcio de los lácteos interfiere en la asimilación del hierro de las verduras. Este grupo de vegetales reúne entre sus nutrientes hierro, magnesio, folatos, potasio, clorofila y vitamina K, lo cual determina su particular interés nutricional. Estos zumos pueden ayudar a eliminar líquidos y aliviar la hinchazón de piernas, tan incómoda en caso de retención de líquidos, pero no la grasa. Algunas propuestas: espinacas, perejil picado, apio y manzanas; lechugas, endibias, pepino, limón y manzanas; pepino, limón y manzana con o sin aguacate...

Los zumos verdes están indicados en anemias, dolencias de hígado, retención de líquidos y contracturas, así como para el cuidado de la salud de los huesos.

Zumos de hortalizas naranjas: Las zanahorias son las hortalizas que marcan el color naranja de los zumos a los que se añaden como ingrediente principal. Es el caso del zumo de zanahoria con tomate o pepino, que mantienen el color naranja. También la calabaza, solo que esta se ha de cocinar primero para hacerla comestible y digestiva. En ocasiones, el color naranja no se aprecia tanto porque está enmascarado por la clorofila de las verduras verdes añadidas, como en los zumos de hortalizas que además contienen lechuga, pimiento verde, apio y manzanas. La riqueza en beta-caroteno (antioxidante), que el organismo transforma en vitamina A si lo necesita, determina el valor nutricional de estos zumos y les diferencia de otros, como para recomendarlo en determinados trastornos.

Estos zumos están indicados para cuidar la salud ocular, alimentar, cuidar y mejorar el estado de la piel y de las mucosas (sequedad, irritaciones, llagas), mejorar las dolencias de la boca (aftas bucales, heridas en las comisuras de los labios), molestias, ardores y procesos inflamatorios en el esófago.

Licuados de color rojo: El tomate y la remolacha son las hortalizas protagonistas. Su contenido en vitamina C, folatos, potasio, magnesio, provitamina A y compuestos antioxidantes, como el licopeno y los antocianinas (abundantes en la remolacha, a la que da el color rojo intenso-morado característico), explican la bondad de este tipo de licuados para la salud de la sangre y del sistema cardiovascular. Sin embargo, el consumo frecuente de tomate, por su particular composición, no resulta indicado en personas sensibles que sufren dolencias articulares. Sirvan estas recetas para deleitarse con un refrescante zumo de tomate, pepino y limón; zumo dulce de tomate o de remolacha con zanahoria; a modo de sopa fría o de granizado al toque de pimienta.

Éstos están indicados en dislipemias (colesterol y/o triglicéridos elevados), trastornos cardiovasculares, hipertensión arterial, procesos degenerativos y, en general, para depurar y mejorar la calidad de la sangre.

Zumos de verduras, ¿dulces o salados? El zumo puede ser salado, si se adereza con ajo, aceite y sal o bien con pimientas u otras especias, o dulce si solo lleva la mezcla de vegetales y frutas. De hecho, el sabor dulce de los zumos de hortalizas proviene de la mezcolanza con frutas con las que congenian, como la manzana con la zanahoria. Añadir zumo de naranja al de zanahorias o aventurarse con uno de tomate y sandía permite probar sabores que no se intuyen, pero que resultan muy agradables y refrescantes.

En qué momento tomarlos:

El mejor momento para tomar los zumos de hortalizas es entre horas, como tentempié refrescante. De esta forma, la densidad nutritiva de la mezcla de vegetales -que no es mucha en cantidad, pero sí en variedad y calidad-, se aprovecha al máximo. Entre el 80% y el 90% del volumen de las frutas es agua. Seguido del zumo, si apetece, se puede comer una fruta rica en vitamina C, como un tazón de fresas, un trozo de melón, una naranja o piña. De este modo, se duplica o triplica la absorción orgánica del hierro de los jugos vegetales, en particular, de las verduras verdes.

Cuidado con los aderezos en el zumo vegetal: Los aderezos que se añaden al zumo de hortalizas para hacerlo más digestivo (como un toque de jugo de limón, un chorrito de aceite virgen extra o un toque de pimienta), pueden complementar y enriquecer la fórmula o todo lo contrario: desvirtuarla por completo y restarle todo su interés nutricional. Un punto de sal es interesante para equilibrar el elevado aporte de potasio de los vegetales. El problema es hacer un abuso de este condimento, ser exagerado con los vinagres o añadir crema de leche, leche o yogur a estas preparaciones vegetales.

Cuanto más natural sea el zumo y menos condimentos lleve, más saludable resultará y más se apreciará el sabor original.

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