Los quesos enteros deben conservarse a una temperatura media de entre 5 y 10 grados.
-La disposición de las distintas variedades de queso en una tabla no es casual. Es conveniente situar los más suaves en el exterior y dejar los más fuertes hacia el interior para ser tomados al final.
-Los quesos enteros deben conservarse a una temperatura media de entre 5 y 10 grados, mejor en la parte baja del frigorífico. Conviene también darles la vuelta cada 8 ó 10 días.
-A la hora del corte, es importante tener en cuenta que todo el mundo pueda probar los quesos desde la corteza hasta el corazón.
-Los blandos con sabores potentes (como el Manchego, el Zamorano o el de Mahón) deberían ser cortados en láminas finas.
-Los más cremosos son difíciles de cortar, ya que el queso se queda pegado al cuchillo. Para conseguir que se deslice fácilmente y sin esfuerzo, pruebe a untar un poquito de aceite en la hoja del cuchillo.
-Los quesos como el Cabrales se prestan mejor a ser servidos en pequeños trozos o bloques de los que los comensales se pueden servir con ayuda de un cuchillo.
-Los mejores acompañantes de los quesos no solo son el pan o las galletitas saladas. Pruebe a tomarlo con fruta fresca, como la manzana o las uvas, confitura, como la de higos, o incluso con miel.
-Los quesos de pasta blanda, como el Brie, maridan muy bien con tintos ligeros. Los azules muestran todos sus matices con los vinos dulces, como el moscatel. Para los quesos de cabra, elija refrescantes vinos claros o rosados. La cerveza artesanal tampoco falla nunca.
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