Dieta rica en frutas y verduras, carnes magras, pescado, lácteos, cereales, aceite de oliva…
Tener un esquema tipo menú (que haremos entre todos los de casa) con las distintas comidas de la semana puede ser de gran ayuda, pero a veces tenemos que improvisar. Tanto en un caso como en el otro, es esencial tener una despensa con los alimentos básicos que permitan poder preparar un menú equilibrado.
En la despensa se pueden almacenar muchos alimentos no perecederos, que tienen una duración larga, y que son muy útiles en una necesidad, “te sacan de algún apuro”. Las conservas son el producto estrella. Las de verduras como los espárragos, palmitos, setas, pimientos asados… ¡son tan ligeras como las frescas! Asimismo, te serán prácticas las legumbres (garbanzos, lentejas, maíz…) en conserva como ingrediente de tus platos fríos o calientes, no tienes que dejar remojarlas el día antes, ¡Ganarás tiempo!
También te vendrá muy bien tener latas de pescado como el atún, la caballa, los berberechos… ¡eso sí, intenta elegir las que son al natural o en aceite de oliva que son más saludables! Un jamón curado Argal, un lomo embuchado Argal… puede ser útil también. Además de harina, pasta, patatas, arroz (hay de precocinado o congelado que es muy práctico como guarnición de los platos), pan tostado, cereales... O también piña en su jugo, fruta desecada como las pasas o ciruelas, o unos frutos secos como los piñones, almendras o nueces.
Por último, sugerirte como ejemplo un menú muy fácil de preparar. De primero, espárragos en conserva envueltos en jamón serrano Argal; de segundo patatas al horno rellenas de caballa, pimientos asados y aceitunas (todo de conserva); y para acabar piña en su jugo.
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