En la dieta mediterránea, la pasta permite múltiples combinaciones con otros alimentos.
Las diferentes calidades de harina, juntamente con los diversos productos añadidos (huevo, leche, soja, verduras…), dan como resultado una gran variedad de pastas con diferentes valores nutritivos. En la dieta mediterránea, la pasta permite múltiples combinaciones con otros alimentos muy típicos de nuestra cocina: verduras, hortalizas, pescado, carne… Los platos resultantes pueden ser altamente nutritivos y, sobre todo, muy sabrosos.
Dicho esto, ¡hoy os hablaré de la pasta, pero integral!
¿Sabíais que la pasta integral se elabora a partir de harina integral, y ésta se obtiene de la trituración completa del grano, sin separar ninguna parte de él? Es decir, se aprovecha todo el grano entero con todos sus nutrientes.
Para que veáis donde se encuentran estos nutrientes, hay que saber que el grano del cereal es una semilla formada por las siguientes tres partes:
El salvado: es la parte más externa del grano. Contiene sustancias antioxidantes, fibra alimentaria insoluble y vitaminas del grupo B.
El endospermo: es la parte media del grano. Contiene principalmente hidratos de carbono (almidón) y proteínas.
El germen: es la parte interna del grano, que da origen a una nueva planta. Contiene altos niveles de vitaminas del grupo B, minerales y ácidos grasos esenciales omega-6 y omega-3.
Entre las diferentes variedades de pastas, las integrales son las más recomendadas, ya que conservan el salvado y el germen del grano y, por consiguiente, aportan más nutrientes. Entonces, la pasta integral es la pasta obtenida a partir de harina refinada o blanca a la que no se le ha quitado el salvado ni el germen. Además de su contenido nutritivo, la pasta integral ofrece las mismas posibilidades que el resto de tipos de pasta.
La pasta integral también se digiere más lentamente, lo que ayuda a mantener un nivel constante de azúcar en la sangre y hace que nos sintamos saciados durante más tiempo.
Otra diferencia a tener en cuenta respecto a la pasta refinada es que la pasta integral necesita más tiempo de cocción por su elevado contenido en fibra.
Aunque las pastas integrales conservan todo el grano del cereal y, como os he explicado antes, aportan más fibra, vitaminas y minerales, conviene recordar que tienen el mismo valor energético que las pastas normales o refinadas.
Lo ideal es seguir una dieta variada y equilibrada y, siempre que sea posible, priorizar el consumo de cereales integrales y sus derivados.
¡Pasaros al consumo de cereales integrales! ¡Notaréis la diferencia!
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