Al nacer, tres cuartas partes del peso corporal del bebé son agua, por eso sus necesidades diarias de agua son proporcionalmente tres veces superiores a las de un adulto. También influyen otros factores:
- la inmadurez de su sistema de sudoración.
- su orina más diluida.
- su mecanismo regulador de la sed aún no está del todo desarrollado.
Por todo ello, los expertos recomiendan proporcionar diariamente al bebé 150ml de líquidos por cada kilo de peso.
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