La proporción del consumo de frutas y verduras de nuestros habitantes esta muy debajo de lo deseado.
Los argentinos suspenden en alimentación por el abuso del asado, una de las comidas típicas del país, y la ausencia de verduras, frutas y cereales en su dieta diaria, según un reciente informe realizado por especialistas.
El estudio, de la Escuela de Nutrición de la Universidad de Buenos Aires, calificó con 42 puntos en una escala de cero a cien la calidad de la alimentación de los ciudadanos.
“En nuestro país se consumen pocas frutas, verduras, cereales integrales, legumbres y lácteos y esto conlleva a que los nutrientes que se encuentran en esos alimentos muchas veces no se aportan en las cantidades recomendadas”, detalló Laura López, la directora de la Escuela de Nutrición.
Por si no fuera suficiente, los argentinos consumen sal y azúcar en exceso, especialmente en infusiones, y eso sólo aporta energía y no contribuye con otros nutrientes necesarios para el organismo.
La experta explicó que la investigación analizó las cantidades de alimentos disponibles para toda la población a nivel minorista en el 2011 y que la puntuación deriva de la aplicación del Índice de Alimentación Saludable (IAS), que mide las cantidades consumidas de cada grupo de alimentos y las contrasta con las recomendadas en una dieta adecuada en su contenido calórico.
López advirtió de que una alimentación que no contenga las cantidades recomendadas de micronutrientes condicionará deficiencias específicas como osteopenia, osteoporosis, anemia ferropénica y también trastornos como fatiga crónica y alteraciones en la inmunidad.
“El exceso de grasas saturadas y un aporte bajo de fibra y nutrientes con propiedades antioxidantes son factores de riesgo relacionados con las enfermedades crónicas no transmisibles como las cardiopatías y el cáncer”, añadió.
“La proporción del consumo de frutas y verduras de nuestros habitantes esta muy debajo de lo deseado, por eso también tenemos una campaña de producción de frutas y verduras estacionales”, admitieron portavoces del Ministerio de Salud de Argentina.
Las mismas fuentes aclararon que toman medidas para mejorar la dieta y evitar el consumo abusivo de determinados alimentos, a través de campañas como “Menos sal, más vida”, que persigue reducir el 25 por ciento la sal utilizada en la elaboración de pan artesanal, y de convenios con firmas de alimentación para limitar el uso de sodio en sus productos.
La alimentación infantil es otra de las preocupaciones del Ministerio, que prepara un manual de “kioscos saludables” para distribuir en las escuelas y fomentar hábitos saludables de alimentación entre los más pequeños.
Según la experta en nutrición María Clara Bloise, una alimentación saludable debe tener en cuenta las características de las personas, su edad y sus necesidades.
Las “Guías Alimentarias para la Población Argentina”, apuntó la especialista, pueden servir de orientación a los consumidores para mejorar su dieta aunque, admitió, es necesario corregir la falta de información que existe sobre el tema.
“A veces la gente a la hora de comprar, teniendo las posibilidades económicas, elige alimentos no recomendables por falta de información”, opinó.
Otro de los factores fundamentales que determinan una buena dieta es la economía familiar.
El estudio de la Escuela de Nutrición reveló que para una familia tipo, constituida por dos adultos y dos chicos, comer sano costaría unos 3,700 pesos por mes (alrededor de $685).
El sueldo mínimo en Argentina se sitúa en unos 3,000 pesos ($555).
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