Las piezas de fruta deben consumirse enteras y sólo una de las tres raciones recomendadas.
Se define fruta como el fruto —infrutescencia—, la semilla o las partes carnosas de órganos florales que hayan alcanzado un grado adecuado de madurez. Sus variadas formas, colores, texturas, sabores y aromas las hacen especialmente atractivas para el ser humano.
Su composición nutricional es semejante al grupo de las verduras. La mayor diferencia radica en que el contenido en hidratos de carbono —principalmente simples: glucosa, fructosa y sacarosa— es mayor al de las verduras, esto hace que su valor calórico sea superior, aunque no superior al de la mayor parte de los otros grupos de alimentos. El agua es el componente mayoritario en todos los casos y constituye, en general, más del 80% del peso de la porción comestible.
También aportan algo de proteínas y lípidos (grasas), a excepción de la aceituna, el aguacate y el coco, cuyo contenido en lípidos es mucho más elevado. Son también ricas en fibra (es importante su contenido en pectinas), minerales (algo menos que las verduras y las hortalizas) y en vitaminas, las más importantes son el β-caroteno y la vitamina C.
Además son un grupo de alimentos muy rico en compuestos bioactivos (carotenoides, polifenoles, monoterpernos…), componentes que influyen en la actividad celular y mecanismos fisiológicos, con efectos beneficiosos para la salud. Poseen, por ejemplo, actividad antioxidante, anticancerígena, antitrombotica, antimicrobiana, hipocolesterolemiante, hipoglucémica, digestiva, etc…
La fruta de verano
Se recomienda tomar la fruta de temporada porque están en su punto exacto de maduración y son mucho más baratas.
En verano, las frutas de temporada son el aguacate, el albaricoque, las brevas, las cerezas, las ciruelas, las frambuesas, el melocotón, el melón, las nectarinas, las paraguayas, la sandía, etc.. ¡Aprovéchalas!
Muchas de ellas, como el albaricoque, el melocotón, la nectarina, la paraguaya, son frutas que deben su color a un alto contenido en diferentes carotenides, compuestos que también nos aportan a nosotros un buen color a nuestra piel y fortalecen nuestras uñas, dientes y cabello.
El melón y la sandia, también aportan carotenos, pero además por su elevado contenido en agua (93-95% de agua) son frutas ideales para refrescarnos e hidratarnos.
Sabias que…
Aunque el tomate o el pepino cumplen todas las características necesarias para ser considerados como frutas, por motivos culturales suelen incluirse en el grupo de las hortalizas.
Recomendaciones
Se recomienda consumir al menos tres raciones de fruta al día. Su presencia en la dieta contribuye a llevar una alimentación equilibrada y es importante en cualquier etapa de la vida.
Las piezas de fruta deben consumirse enteras y sólo una de las tres raciones recomendadas podemos sustituirla por zumo natural. Cuando hacemos zumo, desechamos la fibra y muchos nutrientes que quedan en la cascara y la pulpa. Debemos consumirlas enteras y mejor con piel, ya que esta tiene mayores concentraciones de vitaminas, minerales y compuestos bioactivos.
Pero recuerda… ¡si comes la fruta con piel, debes lavarla bien previamente!
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