El verano ha propiciado una mayor compra de pescados azules.
Las ventas veraniegas de pescados y de mariscos -asociadas a las vacaciones y al turismo costero- se están viendo afectadas un año más por la crisis y el recorte en el gasto de los consumidores, según han informado fuentes de los sectores de las pescaderías y los mayoristas. Según Fedepesca, que agrupa a las pescaderías, la situación es parecida a 2012, mientras que para los mayoristas de pescado del Mercado Central de Abastecimiento de Barcelona (Mercabarna) este ''es el peor año'' en cuanto a pedidos.
El presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Pescados y Productos Congelados (Fedepesca), Gonzalo González, ha señalado que en estos momentos en las zonas de costa sube el consumo de especies como las gambas de Huelva o de la Comunidad Valenciana, o de pescados asociados a la playa, como salmonetes, sardinas o pijotas.
Ese incremento de la demanda en las zonas de puerto repercute en que el género que llega a Madrid sea algo más caro, según González, quien ha insistido, en cualquier caso, que, en general, los precios están igual que el resto del año, ''lo único que subió fue la sardina por San Juan (noche del 23 al 24 de junio)''. Las pescaderías notan que persiste la tendencia a preparar pescado en casa, en reuniones de amigos, en sustitución de su consumo en bares y restaurantes, en horas bajas ante la situación económica.
Tradicionalmente, el verano ha propiciado una mayor compra de pescados azules -sardina o boquerón-, cefalópodos -pulpo, sepia o calamar-, y crustáceos -gambas, cigalas o langostinos-. Estos productos se cocinan a la plancha o en barbacoas y son más consumidos por la afluencia a bares y chiringuitos y porque el veraneante aprovecha para tomar fuera pescados y mariscos cuya preparación es más difícil en casa y provoca olores.
Pero el vicepresidente del gremio de mayoristas de pescado de Mercabarna, Ángel Máñez, ha insistido en que este año ''es el peor en ventas'' y ha notado una tendencia al consumo de especies más económicas, entre las que ha citado la sardina y los mejillones, frente a una caída en la compra de gambas o cigalas. En cuanto a los precios, ha señalado que la merluza, uno de los pescados preferidos por los españoles, se está vendiendo a precios mayoristas un 50 % o 60 % inferiores que los registrados hace cinco o seis años, al igual que otros pescados frescos.
Mayoristas y pescaderos coinciden en el repunte del consumo de especies de la acuicultura, como la lubina, rodaballo o la dorada, ''como viene ocurriendo en los últimos cinco años'', según González. Máñez ha explicado que su éxito se debe a que es una opción ''cómoda'' y previsible, por ejemplo para la planificación de restauradores y hosteleros.
En cuanto al coste, ha añadido que tal vez no haya tanta diferencia entre pesca acuícola o extractiva, porque los caladeros están en mejor estado, hay buena oferta en los puertos y ha bajado su coste. ''Pescado sobra, lo que falta es consumo'', ha señalado el responsable de Fedepesca.
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