Durante la lactancia, el agua que tú bebas será la que le llegue a tu bebé como componente principal de la leche materna. Por eso te recomendamos que la elijas a conciencia fijándote bien en la composición mineral que indica en la etiqueta.
Es importante que sea baja en sodio (menos de 20mg/l) y que además tenga una cierta cantidad de minerales como el calcio, necesarios para ti y tu bebé.
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