¿Cómo estáis? ¿Qué tal han ido las vacaciones? Seguro que algunos todavía estáis disfrutando de ellas, pero, para los que ya habéis vuelto de pasar unos días fuera y os encontráis la nevera de casa casi vacía, ¡os interesará el artículo de hoy! Vamos a ver qué es imprescindible comprar cuando la nevera está vacía a la vuelta de las vacaciones. Interesante y, sobre todo, muy práctico ¡ya veréis!
Aquí os dejo algunas ideas para organizar la compra:
En primer lugar: mi consejo es llevar siempre una lista con lo que queramos llevarnos a casa para evitar las compras compulsivas. Así, no vamos a caer en tentaciones, ni llenaremos la nevera con productos que realmente no necesitamos y acabaríamos desechando. Esto os lo recomiendo hacer siempre, pero sobre todo a la vuelta de nuestras vacaciones, tenemos la nevera casi vacía y nos puede parecer, erróneamente, que necesitamos comprar de todo.
También hay personas a las que les resulta muy práctico ir a comprar con el estómago lleno. El objetivo, en cualquier caso, es realizar una compra inteligente que nos ayude a planificar cómodamente un menú equilibrado y saludable.
Efectivamente, la planificación del menú semanal es esencial para organizar bien la compra, de modo que ya sabemos lo que tenemos que comprar, lo que vamos a cocinar cada día y, además, así podemos seguir una alimentación equilibrada. En el momento de ir a comprar os recomiendo:
Primero, saber cuántas personas comerán en casa. ¿Quizás algún miembro de la familia todavía está fuera y estos días no comerá en casa? ¿Quizás ahora con el buen tiempo saldremos algún día que otro a cenar fuera? Esto hay que tenerlo en cuenta para no comprar más de lo necesario. Sabiéndolo, ¡ya podemos hacer la lista de la compra!
En el mercado o supermercado es preciso tener en cuenta ciertas consideraciones: adquiriremos la cantidad suficiente de alimentos que nos permita llegar adecuadamente a la próxima compra prevista e iniciaremos la compra con los alimentos que no necesitan refrigeración: pastas y arroces, aceite, leche, legumbres, frutos secos crudos o tostados, conservas, etc. Los últimos alimentos que debemos comprar son los que necesitan refrigeración y los congelados, ya que es importantísimo no romper la cadena del frío para que sean seguros: frutas y verduras de temporada o verduras congeladas (ideales si no sabemos cuándo podremos cocinarlas, ya que se conservan perfectas durante meses en el congelador), lácteos como yoghourts, queso o leche fresca, carnes, potenciando las blancas en el día a día, pescados y huevos.
Una vez hecha la compra, y al llegar a casa, es necesario guardar los nuevos productos ordenadamente y según la temperatura de la nevera. Tened en cuenta que los productos que necesitan más frío, como carne, pescado y verduras y hortalizas crudas, se deben depositar en la zona más fría de la nevera, que suele ser la parta más baja o el “cajón fresh”.
Aprovecho la ocasión para recordaros que en el momento que sacamos del envase un producto envasado que esté en la nevera hay que pasarlo a otro envase. Es decir, si abrimos, por ejemplo, un envase de ensalada preparada, y nos sobra parte del producto, lo mejor es ponerlo en un recipiente cerrado herméticamente, en vez de ponerle, simplemente, una pinza.
Claro que al volver de las vacaciones, al ver la nevera casi vacía, nos da la sensación de que nos hacen falta muchas cosas. Pero tened en cuenta empezar por comprar aquello más necesario, lo que utilizamos habitualmente, y luego, poco a poco, ya iremos comprando el resto de productos. Al fin y al cabo, muchos de nosotros vamos al mercado o supermercado al menos una vez a la semana o cada quince días, ¿no? Ya tendremos tiempo para todo, poco a poco.
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