El objetivo es evitar, sobre todo, los resfriados...
El objetivo es evitar, sobre todo, los resfriados... fuente, en ocasiones, de otras complicaciones de salud. El resfriado es la enfermedad más común en todo el mundo, que nos afecta de dos a cinco veces al año. En cuanto a los niños, se calcula que un niño sano y con una alimentación adecuada, llegará a padecer unos cien procesos infecciosos desde que nace hasta que cumpla los diez años.
Uno de los principales agentes a batir son los rinovirus, responsables de entre el 30 y el 50 por ciento de todos los casos de resfriado común. Está activo todo el año, especialmente en invierno y, sobre todo, en verano cuando la ropa de abrigo escasea y, en cambio, el cuerpo puede estar sometido a cambios bruscos de temperatura gracias al uso, no siempre acertado, del aire acondicionado.
El rinovirus tiene dos formas de transmisión, por contacto de las manos con superficies que han sido contaminadas con el virus del resfriado y que después se lleva a los ojos o la nariz, o por inhalación de gotitas del virus del resfriado a través del aire. Preservar a los niños y de los resfriados es una tarea necesaria, sobre todo, teniendo en cuenta que las infecciones víricas respiratorias del pecho y la cabeza, la inflamación de la garganta y el resfriado común, están muy relacionadas con otras complicaciones como el dolor de oídos en los niños que, en los casos más graves, puede conducir a la pérdida auditiva.
La alimentación es una de las herramientas con las que cuentan los padres para mantener altas las defensas de sus pequeños; las recomendaciones son básicas: beber líquidos en abundancia, mantener una alimentación rica en frutas y verduras, y descansar lo suficiente. Dormir pocas horas, los desvelos nocturnos o no mantener horarios regulares en el descanso pueden afectar a los niveles de defensas de los niños.
Es muy importante que en la dieta de los niños haya alimentos ricos en zinc pues se ha demostrado que este mineral favorece al sistema inmune. Las carnes, los pescados y los mariscos y los huevos son la fuente más importante de zinc seguidos de los cereales integrales y de las legumbres.
La higiene y algunos sencillos hábitos también protegen contra las infecciones, no se trata de fomentar manías pero está bien recordarles que deben taparse la boca y la nariz con un pañuelo desechable cuando estornuden, sobre todo, cuando estén resfriados. Ese pañuelo ha de ir a la basura y ellos, además, deberán lavarse bien las manos.
Los gérmenes entran por la nariz o por las membranas de los ojos, atraviesan la mucosa y pasan al organismo, al tiempo que se multiplican. Tocar objetos contaminados con las manos y luego llevárselas a los ojos o la nariz también puede facilitar el contagio.
Además... Otro hábito que mejora las defensas de los niños es no fumar en su presencia y procurar que estén siempre en ambientes bien ventilados. Estar expuestos de forma continua al humo del tabaco durante la infancia se relaciona con un riesgo mayor de sufrir enfermedades agudas como bronquitis, neumonías y diversos síntomas respiratorios inespecíficos.
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