Se revelan que la apreciación del tapón de rosca se debe al temor al riesgo del “sabor a corcho”.
Los productores italianos de vinos con Denominación de Origen Controlada Garantizada (Denominazione di Origine Controllata e Garantita, DOCG) han visto finalmente reconocida –después de diez años- la facultad de emplear los tapones de rosca en sus botellas.
El Decreto de 16 septiembre de 2013 (‘Gazzetta Nº 224’) del Ministerio de Políticas Agrícolas, Alimentarias y Forestales modifica la normativa europea sobre etiquetado y envasado de vinos con denominación -Reglamentos (CE) 1234/2007 y 607/2009-, que establece la obligación de uso exclusivo de tapones de corcho para los vinos con DOCG.
Esta medida responde a la constante exigencia por parte de numerosas empresas del país transalpino que veían sus productos penalizados por una obligación contraria a la realidad de algunos destinos de sus exportaciones. En importantes mercados maduros, como el Norte de Europa y Estados Unidos, la percepción de la excelencia cualitativa del vino no pasa por el envasado ni se da la asociación “corcho-vino de calidad” en el imaginario colectivo.
Recientes estudios de mercado revelan que la apreciación del tapón de rosca se debe al temor al riesgo del “sabor a corcho”, a la dificultad del descorche para algunos consumidores, a la escasa difusión del sacacorchos en varios mercados potenciales y, sobre todo, a la posibilidad de cerrar de nuevo la botella para la correcta conservación del vino.
¡Plazo de matrículación abierto!