La ingesta de bebidas energéticas fue asociada con un incremento en el consumo de otras sustancias.
Según el último estudio realizado por investigadores de la Universidad de Michigan, “los adolescentes que consumen bebidas energéticas con asiduidad tienen el doble de probabilidad de consumir también alcohol y drogas”, afirman los investigadores. El estudio ha sido publicado en la revista Journal of Addictive Medicine.
El estudio evaluó mediante una encuesta el consumo de bebidas energéticas entre casi 22.000 estudiantes de secundaria de Estados Unidos y concluyó que aproximadamente un tercio de los adolescentes de entre 13 y 18 años consumía este tipo de bebidas diariamente.
Además, en esa tendencia, la ingesta de bebidas energéticas fue asociada con un incremento en el consumo de otras sustancias como el tabaco, el alcohol, el cannabis o las anfetaminas, aunque no pudo probarse si son las drogas las que llevan al consumo de bebidas energéticas o al revés. No pudo demostrarse una causa y efecto entre el aumento del consumo de bebidas energéticas y el de sustancias estupefacientes.
El estudio plantea la cuestión de si son adecuadas las bebidas energéticas para los adolescentes, ya que la cafeína o cualquier otra sustancia estimulante no deberían tener cabida en la dieta tanto de niños como de adolescentes, ya que existen evidencias de que consumir grandes cantidades de cafeína en una dieta regular pueden causar irritabilidad, nerviosismo, ansiedad o insomnio.
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