200 personas y una gran variedad de opciones para probar los quesos.
En marzo debuta en Providencia un espacio gastronómico enfocado en este tradicional producto.
¿Cuál es la diferencia entre un Camembert y un Brie?”, repite Stephane Bonnet, francés, socio gerente y chef ejecutivo de El Mundo del Queso, la tienda de Nueva de Lyon que posee la variedad de quesos importados más amplia del país. “El Brie es ligero, más floral. En cambio, el otro es más cremoso, más fuerte y oloroso”, le explica a un cliente.
El lugar dispone de cerca de 1.480 quesos de factura artesanal, traídos de Francia, Italia y Argentina, y los reparte a hoteles como el Ritz-Carlton; el restaurante Baco, en Nueva de Lyon, y el Doma, en Dardignac.
Pero el negocio se expandirá en marzo de una forma única: abrirá un restaurante dedicado especialmente a los quesos, el primero de su tipo en la capital. Se ubicará en Av. Providencia con General del Canto. “Gracias a que los chilenos están viajando y a la llegada de extranjeros a Santiago, el consumo de quesos ha aumentado. Hay un público que experimenta y quiere aprender. Y es a ese al que queremos cautivar”, explica Bonnet.
El restaurante fue diseñado por el destacado arquitecto Mathias Klotz, con materiales como cobre y madera, y bajo el concepto de open space: sin vitrinas, con los productos a la vista, para que los clientes puedan verlos y degustar.
Tendrá una capacidad para 200 personas y una gran variedad de opciones para probar los quesos. La primera es a través de maridajes: tablas de queso azul, por ejemplo, servidas con whisky o vinos nacionales e importados. “No se trata sólo de vender queso, sino de traspasar nuestro saber, nuestra experiencia. A través del concepto de cheese and wine bar, ofreceremos un pan, un queso y un vino que combinen entre sí. Además, está la opción de maridar con destilados”, explica Bonnet. La segunda variante son los platos de la carta, entre los cuales se encontrarán preparaciones típicas cuyo ingrediente principal es el queso, como fondue y 40 tipos de opciones entre entradas frías y platos calientes.
Si bien aún no se tiene clara la lista de precios, la idea es que sea accesible, por lo que, además de los productos importados, se está trabajando con oferta local. “Hay buenos productos, pero no siempre llegan a Santiago. Por eso contamos con una camioneta refrigerada, para ir a buscarlos donde sea necesario. Así hemos descubierto productos excepcionales, como una mozzarella de queso de cabra”, concluye Bonnet.
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