Los alimentos pueden modificar la farmacocinética de los fármacos.
Esta unión fármaco alimento puede originar múltiples interaccione, que en unos casos pueden ser beneficiosas porque disminuyen los efectos adversos o aumentan la eficacia del medicamento, pero en otros casos pueden ser no deseables al originar el fracaso del tratamiento. Tal interacción se puede presentar con medicamentos prescritos por el médico o no (antiácidos, vitaminas y pastillas de hierro). Por ello es importante indicar al paciente la forma más correcta de tomar el fármaco a fin de conseguir el efecto terapéutico deseado.
La interacción alimento medicamento la podemos definir como la que se origina en la aparición de un efecto farmacológico, tóxico o terapéutico de intensidad menor o mayor a la esperada, que se presenta como consecuencia de la acción o presencia de un alimento sobre un fármaco o viceversa.
Este tipo de interacciones no se detecta con tanta frecuencia como las interacciones fármaco-fármaco. No obstante, son las que se dan con más frecuencia potencial dado que los alimentos son las sustancias que con mayor asiduidad se asocian a la toma de medicación.
Por tanto, pueden ocurrir numerosas interacciones entre alimentos y fármacos, aunque sólo unas pocas se pueden considerar clínicamente relevantes y pueden dar lugar a una disminución de la eficacia de un tratamiento o a la aparición de efectos adversos. Las situaciones de mayor riesgo son aquellas que implican medicamentos con estrecho margen terapéutico y fármacos de uso crónico.
Factores que influyen
En este tipo de interacción interfieren los tres agentes que se encuentran presentes cada vez que utilizamos un fármaco, es decir: el paciente, el medicamento y el alimento / nutriente. Por tanto los factores que influyen en las interacciones alimentos-medicamentos son:
- Factores dependientes del paciente: la respuesta farmacológica que se puede producir variará en función de: los factores genéticos del paciente, la edad, sexo, estado fisiológico en que se encuentre (crecimiento, embarazo, lactancia), estado patológico o carenciales.
- Factores dependientes del medicamento: serán los dados por las propias características farmacológicas del fármaco, ejemplo índice terapéutico que presente o como sea su curva dosis-respuesta.
- Factores dependientes de los alimentos: el contenido en grasa, proteína e hidratos de carbono de la dieta, así como el liquido ingerido son los factores decisivos en las interacciones de los alimentos con los medicamento. Hay componentes de la dieta que juegan un papel importante en la inducción de este tipo de interacciones, entre ellos podemos incluir: alimentos con alto contenido en tiramina, sodio y potasio, alimentos ricos en fibra, con leche y derivados lácteos, con zumos de frutas, café, etc.
Tipos de interacciones
Las podemos clasificar por el tipo de mecanismo que explica la interacción en:
- Alteración farmacocinética: los alimentos pueden modificar la farmacocinética de los fármacos, de diferentes maneras, al ser capaces de alterar su absorción, su distribución, su metabolizacion o su excreción.
- Modificación farmacodinámica: los alimentos pueden afectar al mecanismo de acción del fármaco. Se presentan en menor número que las farmacocinéticas, pero son superiores en el nivel de gravedad para el paciente.
Interacciones farmacocinéticas más importantes entre alimentos y medicamentos
Los alimentos ricos en grasa: reducen la absorción de los fármaco antiretrovirales hasta un 50%, así como sus efectos.
El ajo en cantidades altas: reduce la biodisponibilidad de antiretrovirales al reducir su absorción y/o incrementar su metabolización.
La leche y las sales de hierro: reducen la absorción y los efectos de fluoroquinolonas y bifosfonatos.
Los alimentos ricos en proteínas: reducen la absorción de antiulcerosos (sucralfato) al unirse a las proteínas pudiendo ocasionar obstrucciones.
Las crucíferas como las coles de Bruselas, coliflor, repollo, brócoli, etc.: dado su contenido en índoles pueden disminuir la eficacia de anticoagulantes orales (warfarina, acenocumarol) al inducir su metabolismo hepático.
La soja: incrementa los niveles plasmáticos de los medicamentos (haloperidol, AINE, warfarina, etc), así como sus efectos adversos.
El zumo de pomelo: incrementa los niveles plasmáticos de antagonistas de los canales de calcio, fármacos antirrechazo de trasplante, triazolam, saquinavir, originando también un aumento en la cardiotoxicidad en astemizol, terfenadinas, cisaprida y pimozida.
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