Una hidratación incorrecta afecta de forma determinante el estado de ánimo.
La pérdida normal en un adulto se sitúa en unos 2,6 litros de agua diarios. Evidentemente, el estilo de vida y las condiciones medioambientales pueden modificar esta cifra, sin embargo es aconsejable en todo caso reponer esta pérdida ocasionada de forma natural por el funcionamiento fisiológico del cuerpo.
Si un día no bebieras agua o cualquier otro líquido y tu hidratación fuera deficiente, podrías notar los siguientes síntomas:
- Disminución de la atención visual
- Disminución de la memoria a corto plazo
- Disminución de la concentración
- Dificultad para completar tareas
- Incremento de la tensión y la ansiedad
- Incremento de la fatiga
- Dolor de cabeza
Como vemos, una hidratación incorrecta afecta de forma determinante el estado de ánimo y las actividades cognitivas.
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