Refrescos, pastelillos y frituras están diseñados para que los consumamos en gran cantidad.
La pandemia de obesidad que ataca a prácticamente todo el mundo exige que los gobiernos interfieran decididamente en los hábitos alimenticios de las personas y les ayuden a mejorar su dieta, sostuvieron especialistas en políticas públicas de Holanda.
Ronald Henry, director médico del Estudio Maastricht que da seguimiento a la salud de 10 mil personas, la mitad de ellas con diabetes tipo 2, sostuvo en entrevista que la industria alimentaria interfiere en los hábitos de consumo por medio de los tamaños de las presentaciones, la formulación de los productos y hasta la forma en que son acomodados en los supermercados.
''Los gobiernos deberían jugar el mismo juego que la industria alimentaria, restringir la comida chatarra en las escuelas y en los edificios de gobierno, poner un límite al tamaño de las presentaciones, poner impuestos a la comida chatarra y hacer más barata la comida sana.
''Deben implementar semáforos nutricionales a la comida, señalando qué tan saludable es algo con los colores verde, amarillo y rojo; porque la realidad es que las personas no pueden hacer las mejores elecciones por sí mismas y la responsabilidad de los gobiernos es alertarlos'', detalló el médico internista.
Además de interferir en los hábitos alimenticios de la población, agregó, es indispensable garantizar que las próximas generaciones sepan en qué consiste un estilo de vida saludable y qué significa comer adecuadamente.
Por otro lado, Nard Clabbers, director de la división Alimentación y Salud de la empresa TNO, dedicada a generar soluciones tecnológicas para una vida más saludable, consideró que el argumento de que la responsabilidad de alimentarse adecuadamente es de cada individuo es una ''salida fácil''.
''Primero, los alimentos con alta densidad calórica como los refrescos, los pastelillos y las frituras están diseñados para que los consumamos en gran cantidad. Además está probado que es extremadamente difícil para los individuos hacer las elecciones correctas cuando la comida no saludable está tan disponible'', dijo.
Por eso coincidió en la necesidad de que los gobiernos actúen regulando el contenido de ingredientes como la sal en los alimentos.
Aunque la industria alimentaría debería mostrar más compromiso con sus consumidores reduciendo el contenido de ingredientes como sal y azúcar, y aumentando el contenido de fibra en sus productos, dijo, es indispensable que los consumidores tomen una postura crítica.
Jeroen Hulleman, asesor del departamento de salud pública del Ministerio de Salud, Bienestar y Deporte de los Países Bajos, hizo énfasis en la necesidad de que las políticas públicas en materia de salud se adecuen a la población y no al revés.
''Los gobiernos locales deben diseñar su propia política en salud porque son ellos quienes conocen el entorno, las costumbres, los vicios de las comunidades y pueden incidir directamente en los factores de riesgo para prevenir el aumento en los niveles de obesidad'', dijo.
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